No recuerdo en que momento me quedé dormida, pero si sé que el flash del móvil de Antoine me despertó. Aún seguíamos en el avión y yo estaba apoyada en su hombro, donde había dejado un circulito de baba mientras dormía.
- Espero que no me hayas hecho ninguna foto.- dije algo ardomilada.
- Siento decirte que si, pero no me pude resistir, estabas tan mona durmiendo como un bebé. - dijo con voz de tonto, entonces giró la pantalla de su móvil mostrándome la foto.
- ¿En serio estoy tan despeinada?- dije pasando las manos por mi pelo.
- Estas guapísima petite.- entonces una voz francesa nos comunicó a todos los pasajeros que estábamos a punto de aterrizar y mis nervios aumentaron notablemente.
- Estoy muy ilusionada.- dije francamente.
- Te prometo que lo pasaremos genial y voy a hacer que nunca olvides este viaje.- dijo entrelazando nuestros dedos y besando la punta de mi nariz.
Unos minutos después ya estábamos en tierras parisinas y un taxi había venido a recogernos al aeropuerto para llevarnos al hotel, donde dejaríamos las maletas. Yo no despegué la vista de la ventanilla del coche, me fijé en cada detalle de las calles y las viviendas; por otro lado, se me cayó la baba con todas las tiendas que mis ojos visualizaron por el centro de la ciudad.
Luego llegamos al hotel, que se llamaba Louis XIV y me quedé fiplando. La fachada era de tipo victoriano y tenía un estilo muy sofisticado y lujoso. Como no podía ser de otra manera, Antoine había reservado la suite, nos dieron la llave en recepción y cargados con las maletas subimos al ascensor para llegar a nuestra habitación.
- Es esta de aquí.- señaló Anto. Yo introduje la tarjeta y entramos en la habitación. Siguiendo la temática del hotel, era de estilo victoriano, predominaban los colores dorados y blancos, además del mármol. Conforme nos adentrabamos en la suite mi boca se iba abriendo más. Os juro que jamás en mi vida había estado en un sitio tan lujoso como este, me preocupé por el dineral que Anto se podía haber gastado en esta suite.
Había una kilométrica cama en el centro con unos veinte cojines sobre ella, varios cuadros en las paredes que eran réplicas perfectas de obras de famosos pintores franceses. Del baño lo único que puedo añadir es que era impresionante, bañera con hidromasaje, un enorme espejo sobre los lavabos y una maldita televisión delante del retrete que me parecieron completamente innecesaria. Pero sin lugar a dudas, lo que más me gustó fue terraza, que nos regalaba unas perfectas vistas de la mítica torre Eiffel; tengo por seguro que saldré aquí a desayunar todas las mañanas durante nuestra estancia.- Es perfecto Antoine, no sé como siempre lo clavas.- dije emocionada.
- Cuando se trata de ti intento buscar la perfección, o al menos rozarla.- creo que estuve a punto de desmayarme cuando pronunció esas palabras.
- Un día de estos harás que me dé un ataque al corazón Antoine Griezmann.- el soltó una sonora carcajada y me robó un besito.
- Me he preparado un tour guiado por la ciudad mientras tu dormías en el avión. Así que no perdamos el tiempo petite.
- Cojo la cámara y nos vamos.- dije emocionada. Fui en busca de mi bolso y después salimos por la puerta. He de decir que mientras caminabamos por las calles parisinas muchos aficionados pararon a Antoine para hacerse una foto con él, creo que al cabo de la mañana conté nueve. Como era de esperar, en primer lugar fuimos al monumento francés por excelencia: la torre Eiffel. Debido a la proximidad que compartía con el hotel. Sobra decir que me hice las míticas fotos, incluida una en la que me daba un beso con Anto, sin duda mi favorita, así que la puse de fondo de pantalla en mi teléfono.
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Amor Por Despiste
FanficElla una chica completamente normal. Inteligente, tímida e inocente. Experiencia nula en el amor, sin embargo, una amante de la lectura y sin duda una romántica empedernida. Elena tiene la vida perfecta: unos buenos amigos, unas notas ejemplares en...