21.Tyler.

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Desperté enredada en los brazos de Antoine. Si mis cálculos no fallan, hoy es domingo, y eso significa que me tengo que ir a estudiar para un examen que tendré el lunes. Él seguía durmiendo placidamente, y su respiración me hacía cosquillas en el cuello. No pude evitar besar su mejilla, luego su frente, la nariz y por supuesto, sus labios. De su garganta salió un suspiro ronco y esbozó una sonrisa, yo por mi parte, seguí besandole por toda la cara.

- Buenos días.- dije acariciandole el pecho.

- Buenos días petite, me encanta que me despiertes así.

- No me apetece nada, pero me tengo que ir a estudiar, tengo muchos exámenes la semna que viene y todavía no he empezado.- empecé a notar el agobio.

- No quiero que te vayas.- me dió un casto beso en los labios, así como el que no quiere la cosa.

- Yo tampoco quiero, pero no me queda otra guapo.- dije perdiendome en sus ojos infinitamente azulados.

- Te entiendo, no pasa nada. Yo tengo que ir a firmar los papeles de la casa y a recoger las llaves, ya es nuestra petite.- dijo ilusionado.

- Bueno, ya es tuya. Si quieres, por la tarde cuando termine puedo ir a verla.- dije levantandome de la cama.

- Claro, cuando termines llamame y paso a recogerte. Estoy seguro de que te va a encantar, ya está totalmente amueblada.

- Perfecto.

Fui al baño y me dí una ducha rápida. Me vestí con unos vaqueros, una camiseta blanca y por supuesto, las converses. Después me hice una coleta alta y salí del baño. Anto ya se había vestido y me esperaba mientras jugaba con su móvil.

- Ya estoy lista. ¿Me acercas al campus?- pregunté con una sonrisa.

- Esa era mi idea, vamos guapa.- me quitó la mochila de las manos y la llevó junto con su pequeña maleta.

Cuando montamos en el coche le mandé un mensaje a Grace diciendole que iba al apartamento y ella me dijo que no estaba allí, sino que estaba con Sonia en casa de unos amigos y que llegaría por la tarde.

En poco tiempo llegamos al campus.

- Bueno, pues nos vemos luego. No me eches mucho de menos.- dije guiñandole el ojo.

- Ya sabes que eso va a ser difícil petite.

- Nos vemos luego. Te quiero Anto.

- Y yo Elena.- me dió un beso y yo salí del coche. Abrí el maletero para sacar mi mochila. Aunque volví hacia su ventanilla y le dí dos golpecitos en el cristal para que la abriera.

- Muchas gracias por este pedazo de fin de semana, me lo he pasado genial. Gracias de verdad.- dije apoyada en la ventanilla.

- Por ti hago lo que sea, no sabes lo que me gusta verte feliz. Creo que la sensación más satisfactoria que conozco es verte sonreír.

Simplemente le dí un beso y le volví a recordar que le quería, después me fui y entré al campus. La verdad es que se notaba que era domigo, no se veía tanta gente como entre semana. Aproveché para mirar el horario de la piscina ya que el gimmnasio me pillaba de camino a mi apartamento.

Me dirigí hacia el gran tablón donde ponía los horarios. La piscina abría a partir de mañana, de las ocho de la mañana hasta los diez de la noche, osea que genial. El gimnasio estaba desierto, o al menos eso creía ya que me llevé un buen susto con la voz de alguien.

- ¿Qué estas haciendo?- dijo una voz algo conocida a mi espalda. Me giré y se trataba de Tyler.

- ¡Joder que susto me has dado Tyler! Estaba mirando los horarios de la piscina.- contesté.

Amor Por Despiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora