¿A qué se refería con que las sorpresas no habían acabado aquí? Este chico era cuanto menos predecible. Y yo, por mi parte, estaba loca y perdidamente enamorada de él.
- Cuando nos conocimos me digiste que hay una cosa que te encanta hacer en tu tiempo libre y he pensado que ya que estamos en Madrid podriamos aprovechar y...
- ¡Nos vamos de compras! No sabes cuanto tiempo me he estado conteniendo, te juro que voy a arrasar las tiendas. Jo Anto que ganas.- di un salto de mi cama y fui hacia el pequeño sofá donde había dejado mi ropa unas horas atras. Me vestí rapidamente.- Pues menos mal que vamos de compras, la verdad es que nbo había traído ninguna ropa adecuado para ver el musical.
- Es tan fácil hacerte feliz.- dijo dando una vuelta en la cama.
- Vamos cariño, Gran Vía nos espera.- cogí mi bolso y las gafas de sol que me regalo Anto hace unos meses.
Se vistió con la ropa que traía al principio puesta al principio y salimos del maravilloso hotel en busca de tiendas que arrasar. Sin duda Madrid es el mejor sitio para ir de compras en España. En cada esquina había una tienda y cada una tenía ese tipo de encanto que la hace diferente de las demás. Ya que estabamos en Gran Vía, visitamos el famoso Primark, que era el más grande que yo había visto hasta ahora. Pasillos y pasillos repletos de ropa tirada de precio y muchos más con decoración y millones de chuminadas de las que te acabas enamorando. Allí cayeron un par de blusas, unos vaqueros y dos tazas de Harry Potter, una para Sam y otra para mi. Visitamos más tiendas de la zona y como prometí anteriormente, las arrasé. No permití que Anto me pagara nada ya que yo había estado ahorrando y trabajando para darme estos caprichos.
Al final de la tarde acabamos en una boutique, ya que Antoine necesitaba un traje para la reunión, la rueda de prensa y esas cosas. El local tenía un estilo parisino encantador. Anto estaba en el probador, y yo mientras me senté en uns sofá estilo vintage que estaba delante de este, me entretenía bebiendo algo de champagne que nos había ofrecido la dependienta y meciendome al compás de la música relajante que había de fondo. El francés salía del inmenso probador cada diez minutos con un traje diferente, aun que muy similares entre si, y he de decir que todos le sentaban de maravilla. Es una persona muy indecisa y no sabía por cual decantarse, así que mientras el seguí probandose trajes yo me fui a echar un vistazo por la sección de mujer.
Allí mismo deberían de haber miles de vestidos, y cada uno más impresionante que el anterior, eso sí, todos eran escesivamente caros para mi bolsillo. Entonces lo ví, en uno maniquí a mi derecha se encontraba el vestido más bonito que jamás haya visto. El color rojo, mi favorito y el de Anto por si no os acordabais; era algo más informal que el resto de los que estaban allí ya que era corto y tenía la espalda descubierta. El género era muy suave y ligero, escote en forma de corazón y una forma perfecta, porque se ajustaba a la zona del pecho y después caía con vuelo por encima de la cintura, de forma que realzaba muchísimo la figura. En mi momento de adoración hacia los dioses que habían creado ese vestido una voz me hizo volver a la Tierra.
- Al final me voy a llevar el negro, creo que es el más clásico.- dijo mi chico agarrandome de la cintura por sorpresa.
- Si, ese te quedaba que ni pintado y estabas guapísimo con el.- me giré apartando la vista del vestido traído por los dioses.
- ¡Vaya! Ese vestido es precioso, deberías probartelo y así ya tienes uno para esta noche. Además, ya sabes lo que me pone verte vestido de rojo.
- Da igual, podriamos buscar uno más barato en otra tienda...
- Creo que nada me haría más feliz que verte con este estupendo vestido.- me interrumpió a mitad de la frase.
- Bueno si insistes, pero a lo mejor no tienen de mi talla, o no me sienta bien.- concluí.
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Amor Por Despiste
FanfictionElla una chica completamente normal. Inteligente, tímida e inocente. Experiencia nula en el amor, sin embargo, una amante de la lectura y sin duda una romántica empedernida. Elena tiene la vida perfecta: unos buenos amigos, unas notas ejemplares en...