Mi despertador suena a las ocho de la mañana. Estoy sola en la habitación porque Grace me dijo que ella madrugaría más para ir a la biblioteca. Me doy una ducha rápida, me visto con unos vaqueros y una camiseta básica de color amarillo. Me calzo con mis queridas converse y entro de nuevo al baño. Recojo mi pelo en una coleta alta y me lavo los dientes.
Mi plan para esta mañana era ir a una cafetería a desayunar, es unn sitio muy tranquilo y así podré repasar para los exámenes. Después volver a las 10 a la universidad para hacer el primer examen y ya tirarme allí el resto del día preparando una exposición con Oliver.
Cojo mi mochila y el movil junto con los auriculares. Antes de salir de casa leo un mensaje que me mandó Anto deseandome suerte y echandome de menos, le contesto rapidamente y me pongo musica para hacer más ameno el camino hasta la cafetería. Esta está en el mismo campus pero bastante alejada de la residencia y si tenemos en cuenta que el campus es como una pequeña ciudad.
Unos diez minutos después llegó al local, las partículas de café bailan en mis fosas nasales y una melodía de jazz marca mis pasos. El local es muy agradable, está pensado para los estudiantes con lo cual no les molesta si estas dos horas en una mesa revuelta de apuntes y tazas de café, y por no hablar de su maravillosa red Wi-Fi. La camarera me sonríe desde la barra, le devuelvo la sonrisa y miro a mi alrededor, al parecer está vacío. Bueno me equivoco, en una mesa de la esquina hay un chico de espaldas que no para de darle vueltas a unos papeles.
Me acerco a la barra y pidó un café con leche, mientras la amable camarera lo prepara, yo me vuelvo a fijar en el chico que está de espaldas. Su camiseta me resulta muy familiar porque tiene el número 9 grabado en unas llamativas letras rojas. Después de dar un par de vueltas a la cabeza me doy cuenta de que Tyler llevaba la misma camiseta cuando me lo encontré en el gimnasio. Me fijo en el pelo del chico, el negro y está bien rapado con una especie de degradado, sin duda ese de ahí es Tyler. Cuando la chica me dió mi café lo cogí y debatí mentalmente la idea de acercarme a él, solo dos cosas podían pasar: que fuera él o que sea otra persona pase la mayor vergüenza de la historia. Finalmente decido acercarme, cojo el vaso de cartón humeante de café y me acerco a la mesa. Al ver el tatuaje en forrma de ancla que estaba grabado sobre su mano izquierda pude corroborar que ese de ahí era Tyler.
- Vaya, vaya, mira a quien tenemos aquí.- dejando mi mochila sobre una de las sillas libres. Cuando Tyler se percató de mi presencia dió un bote sobre la su asiento.
- Joder que susto me has dado Elena.- suspiró- ¿Qué haces aquí?- preguntó con uan sonrisa ladina.
- Eso mismo me he preguntado cuando te he visto a ti.- dije tomando asiento a su lado.
- Creo que está bastante claro, estoy repasando para los exámenes. Me niego a que me quede ninguna este semestre.- dijo convencido.
- Vaya, veo que te lo has tomado en serio. Me alegro por ti. ¿Qué tal lo llevas?
- Pues creo que bastante bien, tus apuntes me han salvado la vida.
- De nada.- dije guiñandole un ojo.
Y así pasamos las siguientes dos horas, rodeados de libros y con varios litros de café avainillado por la venas. A eso de las diez menos cuarto recogimos el chiringuito y nos fuimos a la facultad. Me hizo gracia el nerviosismo que emanaba Tyler. La verdad es que no era para menos, ya que esta asignatura nos la jugamos a un solo exámen de casi diez temas.
En la entrada de la clase nos encontramos con Oliver, quien se quedo perplejo al ver a mi acaompañante. El pelinegro entro a clase y yo me quedé hablando con Oli. Me machacó con miles de preguntas por segundo así que me limite a decirle que era una larga historia y que se lo contaría todo esta noche en nuestro turno en el bar. Al entrar a clase la mayoría de los pupitres estaban ocupados, solo quedaban unos por el principio del aula.
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Amor Por Despiste
FanfictionElla una chica completamente normal. Inteligente, tímida e inocente. Experiencia nula en el amor, sin embargo, una amante de la lectura y sin duda una romántica empedernida. Elena tiene la vida perfecta: unos buenos amigos, unas notas ejemplares en...