Narra Antoine.
Voy de camino al campus universitario para recoger a Elena. Nuestro plan de hoy era cenar juntos. Cuando llegué a mi destino le mandé un mensaje diciéndole que ya estaba aquí. En escasos minutos la ví bajar. Estaba preciosa, llevaba unos vaqueros y una camiseta de rayas. El pelo estaba suelto, y de las ganas que tenía de tocarlo me picaban las yemas de los dedos. La saludé desde el coche y al verme vino corriendo con una bonita sonrisa en el rostro.
No tardó en abrir la puerta del copiloto y en colarse en el coche, haciendo que su fragancia afrutada lo inundara todo. No me pude contener, así que pegué mis labios a los suyos. Noté cómo se le escapó una risita y después me siguió el beso enredando sus manos en mi pelo.
- ¿Cómo fue tu día petite?- le pregunté sin despegar la vista de la carretera.
- Bastante atareado, el examen me fue de maravilla, luego fui a la biblioteca con Oliver, comí una ensalada asquerosa y después fui a trabajar. ¿Cómo fue el tuyo cariño?- dijo posando su mano sobre la mía.
- Fue muy especial, hoy ha sido mi primer...
- Tu primer entrenamiento.- me interrumpió, se quedó mirándome, yo asentí y ella dijo:
- joder se me había olvidado, que mala novia soy. Cuéntamelo todo, ¿Qué tal te ha ido?- La verdad es que ha ido genial. Me he sentido como en casa, todos son majísimos. He tenido muy buen recibimiento y el entrenamiento ha sido duro, pero ha merecido la pena.
- No sabes cuanto me alegro, además, estoy muy orgullosa de ti.
Esbocé una sonrisa y aparqué el coche enfrente de nuestra casa.
- ¿Qué te apetece hacer, petite?- le pregunté mientras entrábamos.
La ví como miró de reojo la piscina y después se mordió el labio.
- ¿Te apetece bañarte?
- No he traído bikini.- dijo.
- En serio me estas diciendo que el problema es que no te has traído bikini. Venga ya petite, concretamente eso es lo menos importante.
- Tienes razón.- dijo con una sonrisa. Entonces, empezó a quitarse la ropa entre risas que acabó contagiandome, así que la imté y me quité la camiseta, después los pantalones y los zapatos, quedando unicamente en bóxer.
Con la mirada recorrí todo su cuerpo, su ropa interior era casi más adorable que ella. Era rosa y tenía lunarcitos. Cuando se dió cuenta de que la estaba mirando se sonrojó, y no entiendo por qué, no es la primera vez que la veo así.
Me guiñó un ojo y se lanzó directamente al agua. Sin pensarmelo dos veces, hice lo mismo. Cuando mi cuepo estaba completamente sumergido en el agua fui nadando hasta ella, la cogí de la cintura y enrolló sus piernas en mi cadera.
- Se me ha olvidado comentarte algo, el sábado hay una cena con toda la plantilla ¿me acompañarías?- pregunté muy cerca de su cara. Elena me examinaba con la mirada y por un segundo se quedó pensativa.
- Claro, te acompañaré.- dijo no muy segura de sus palabras.
- ¿Estas segura? Si no quieres no pasa nada.
- No, no está bien. Debo acompañarte, pero me da un poco de vergüenza sabes.
- No te preocupes. Son gente normal, creo que te sorprenderías con la simpatía que desprenden. Además también iran con sus parejas, así que estoy seguro de que harás migas con todos.
- Madre mía, quien me diría a mi hace unos años que voy a cenar con Koke, Carrasco, Saúl, Godín...- dijo escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello.
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Amor Por Despiste
أدب الهواةElla una chica completamente normal. Inteligente, tímida e inocente. Experiencia nula en el amor, sin embargo, una amante de la lectura y sin duda una romántica empedernida. Elena tiene la vida perfecta: unos buenos amigos, unas notas ejemplares en...