28. París.

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El sábado por la mañana me desperté a las once, ya que la noche anterior me acosté muy tarde. La cama estaba vacía, así que supuse que Antoine estaría entrenando. Me recogí el pelo en un moño mal hecho y bajé a la cocina en busca de algo de desyuno. Para mi sorpresa allí se encontraba Antoine, y parecía que estaba haciendo crepes. Estaba desclazo y unicamente llevaba un pantalón de pijama, aún no se había percatado de mi presencia, así que tuve la maravillosa idea de darle un susto. Fui sigilosamente hasta donde él se encontraba, cuando me posicioné detrás de su espalda se giró repentinamente asustandome él a mí, y no como yo había planeado.

- Que inocente eres petite, creías que no me había dado cuenta de que me estabas espiando.- dijo entre carcajadas.

- Te veía muy concentrado y pensé en darte un susto.- dije inocentemente. El me robó un beso y yo sonreí encantada.

- ¿Hay hambre?- preguntó.

- Mucha.- contesté.

- Siéntate en la mesa que a esto le falta poco.

Saqué del frigo el zumo y me senté en lla mesa mientras bebía un poco. He de decir que se me caía la baba, y no solo por los crepes, sino que también por lo guapo qu estaba el francés esta mañana. Mientras lo veía dar vueltas por la cocina mi mente se perdió en las últimas palabras que me dijo ayer antes de que me quedara dormida 《las sorpresas no acaban aquí petite》¿A qué se referiría con eso? La intriga me mataba y para ser sinceros me daba un poco de vergüenza preguntarle de que se trataba esa "sorpresa".

- Tierra llamando a Elena. ¿Hay alguien hay?.- dijo divertido. Me percaté de que me había quedado empanada y que un plato revosante de crepes con nutella y fresas descansaba justo delante de mí.

- ¿De qué hablabas?- pregunté bajando de las nubes.

- Decía que el viernes que viene empiezan oficialmente mis vacaciones, tengo tres largas semanas .- dijo antes de darle un sorbo a su té mate.

- Eso es genial, podríamos organizar algún viaje.- dije emocionada. El sonrió al notar mi entusiamo.

- A eso es a lo que quería llegar. El caso es que ya he planeado un viaje.

Mi cabeza empezó a maquinar y encajé las piezas del puzzle que tenía sin resolver. ¡La sorpresa era un viaje! Entonces sacó un sobre de debajo de la mesa y lo colocó justo delante de mí.

- ¿Me harías el favor de abrirlo petite?

Solté un gritito de emocióny me dispuse a abrirlo. Saqué los papeles de su interior y leí el destino de nuestro viaje, abrí mucho los ojos por la ilusión y Antoine soltó una carcajada.

- ¡París! Es mi viaje soñado desde que tengo uso de razón.- dije emocionada.

- Cuando nos conocimos te prometí que algún día te llevaría, y eso es lo que voy a hacer.

- Todavía te acuerdas de aquello.- dije con voz de locamente enamorada.

- Por supuesto que me acuerdo, esa fue nuestra primera cita petite, recuerdo que estuve toda la noche mirando tus labios hasta que al fin me decidí a besarlos. Pero bueno, el caso es que yo siempre cumplo mis promesas y aquello que te dije iba completamente en serio.

En ese momento un flashback inundó mi mente, recuerdo que estabamos en un chiringuito de Vigo cenando:

Vamos seguir jugando a lo de las preguntas. - dijo animado mientras esperabamos a la comida.

- Esta bien. - contesté yo. - ¿Cuál es tu lugar favorito de mundo?

- París, sin duda. ¿Has estado allí? - preguntó mientras se acercaba la copa de vino a los labios. Labios que tenía ganas de probar.

Amor Por Despiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora