Capítulo 8.-

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DESSIRÉ

CAPÍTULO 8.-

Estoy acostada en mi habitación mientras el viento golpea sin piedad los cristales de mi apartamento. Estoy viendo una serie, en ella hablan de la vida élite de Manhattan una chica indiscreta que cuenta los chismes de todos ellos, luego me pongo a imaginar si nosotros tuviésemos también a alguien que ventilara nuestros romances secretos... Sacudo la cabeza para sacar esa idea de mi mente.

Suena mi teléfono.

- Ágatha, esta noche es el concierto de Manu y... ¡Adivina! ¡tengo tickets!, uno para ti y otro para mí.- dice con mucho entusiasmo mi amiga.

- ¡Oh por todos los cielos! ¡Manu!.- finjo estar muy emocionada.

- Si, ¡el chico más sexy sobre la faz de la tierra!- vuelve a llenarse de euforia mi amiga.

- Me parece excelente ¡Paso por ti a las 9!

Valentina y yo, llegamos al centro de espectáculos de la ciudad. Vale lleva puesto un vestido a flores y una cazadora negra y yo un top color vino y unos vaqueros de mezclilla.

Como sanguijuela logramos colarnos hasta obtener los mejores lugares de la zona principal. A Valentina se le ve entusiasmada y comienza a cantar aun sin antes haber comenzado el show.

- Dessi, ¿siempre cómo vas con aquel?- pregunta muy segura de sí misma.

- ¿Quién es aquel?- respondo con asombro esperando que con "aquel" no se refiera a Salvador.

- Pues, ¿Quién va a ser? Tu sexy profesor, ¿Cómo dices que se llama?- pregunta tratando de hacer memoria.

- Se llama Arturo. Pues no hay nada especial que contar, solo es sexo y ya.

Ella me lanza una mirada traviesa y luego dice:

- Recuerdo la vez que entré contigo al aula y me quede sorprendida ¡Por Dios amiga! Es guapísimo, ¿Cuántos años tendrá? ¿Unos 33?- dice dudosa al responderse ella sola la pregunta.

- Sí, algunos 33.

- ¿Nunca le has comentado que le vendría bien ser actor, o modelo?- pregunta dudosa.

- Mmm. No.- respondo a secas regalándole una mueca.

- Bueno, y ¿Qué tal con el sexy del deportivo rojo?

Mi estómago dio un vuelco

- Mmhh ¿Cuál?- Fingí no recordar.

- ¿Cómo que no sabes? Salvador, tontita.- dice luego de llevar las manos a arriba como si estuviera invocando a un Dios.

- Ah, sí, ¿qué tiene?- respondo con el menor interés que puedo fingir.

- Pues no sé, pensé que ya había brincado a tu lista.

- Es un estúpido.- respondo a secas.

- Cuando saliste como alma que lleva el diablo de la cafetería, él salió detrás de ti.

Sentí como me caía algo pesado sobre el estómago... ¡Estuvo siguiéndome todo el tiempo!- pienso, y luego recuerdo aquel deportivo rojo sonando el claxon cuando estaba con mamá al teléfono.

- ¡Por el amor de Dios!, ¡está hecho un papi! – continuo diciendo Vale- ¿si le viste los brazos? Esa boquita perfecta... esa nariz...

DessiréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora