Capítulo 28.-

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DESSIRÉ

CAPÍTULO 28.-

Salgo de la ducha y comienzo a secarme el cabello, llevo unas bragas y un suéter color negro, me paseo en calcetas desde mi recamara a la cocina cuando escucho sonar el timbrecillo del horno de microondas y entonces saco una bolsa llena de palomitas de maíz y las sirvo en un tazón y luego sirvo una copa de Chardonnay.

Vuelvo a mirar por los cristales de mi estancia y veo como una fina capa de nieve cubre la cuidad y el techo de los autos, mantengo mi vista sobre las luces de los faros, los edificios y todos los adornos navideños que inundan las calles.

Dejo caer mi cuerpo sobre el sofá mientras oprimo el botón para encender el televisor, en reproducción automática comienza mi serie favorita Sex and The City.

- Quisiera tener la mitad de toda esa personalidad de Carrie, ¡Mira! Pasan los años y se sigue luciendo hermosa, ¡como una diosa!- me digo a mi misma en voz alta mientras llevo el puño lleno de palomitas de maíz a mi boca.

Mi móvil comienza a sonar y veo en la pantalla una video llamada de papá y mamá y la tomo:

- ¡Hola cariño!, ¿Cómo has estado? ¿Ya estás lista para la graduación?

- ¡Hola mami!, todo bien, gracias, ya terminaron las clases.

- Cielo, nos hubiese encantado pasar navidad a tu lado, pero ya pronto nos veremos mi niña.- dice mi padre.

- ¿Y con quien pasarás la noche, cielo? ¿Algún galán?

- ¡Cristina!... ¡Cómo dices eso!- responde de pronto papá.

Yo echo una carcajada.

- Cielo, pero si ya no es una niña, ¡Mírala! ¡Es toda una mujer! Ya está en edad de pasarlo como adulto.- alienta mi madre.

- Bueno, total, cuídate mucho corazón, te veremos muy pronto.- dice mamá poniéndose un gorro de Santa Claus.- Te enviamos millones de besos y mucho amor, ya nos vamos porque está por comenzar el espectáculo de luces en la Torre Eiffel, diviértete mucho amor mío.

- ¡Los amo mucho!- grito antes de colgar la video llamada.

Suspiro...me pongo a pensar cuanto echo de menos a mis padres y mi teléfono vuelve a sonar.

- ¿Hola?- respondo.

- ¿Ya hizo su carta a Santa Claus?- escucho de pronto del otro lado de la línea.

- ¡¿Qué?!- respondo divertida.

- ¿Qué si ya hizo su carta de navidad a Santa Claus?- vuelve a repetir como si yo no hubiese escuchado.

- ¡Salvador!- digo soltando unas risillas.

- No te demores nena, que ésta noche llegará por tu casa.- dice muy seguro de sus palabras alentándome como si yo fuese una niña pequeña.

Sonrío y aunque me dé un poco de pena admitirlo doy un salto del sillón y corro hacia la cocina en busca de un papel y un bolígrafo y entonces apoyada en la mesa comienzo a escribir mientras que detengo el teléfono celular entre mi hombro y mi oído. Salvador espera paciente del otro lado de la línea.

- ¿Ya?- pregunta.

- ¡YA!- afirmo con una sonrisa.

- Ahora, llévala hasta el arbolito de navidad y colócala ahí mismo.

DessiréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora