Capítulo 20.-

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DESSIRÉ

CAPÍTULO 20.-

Deslizo mis calcetines de aquí para allá por el pulido piso de mi apartamento mientras cocino pasta y escucho música. Es una tarde lluviosa de fin de semana y no tengo planes ni ganas de salir es por eso que tan sólo llevo puestas mis bragas, una playera gris...sí, la misma playera que me quedé aquella vez y el cabello desordenado en una coleta alta.

Sinceramente desde lo ocurrido ayer con...él, me siento un tanto herida, enojada y estúpida. Aunque no sé qué es lo que me afecta más, si verlo con ella por ¿celos? celos de que aún puede haber algo entre los dos, o porque me siento traicionada, él sabe bien lo que ella me hizo y aun así sigue viéndola.- despacio y por reacción llevo mi mano a mi mejilla para limpiar una lágrima que mis ojos han derramado.

Tomo un poco de pasta desde la sartén en un cucharón y la llevo a mi boca, de pronto escucho el interruptor situado de lado del refrigerador que me avisa que tengo una llamada desde el lobby.

- Ojalá sea Valentina.- digo en voz alta y miro por la cámara.

Veo a Salvador parado justo en recepción esperando la respuesta de mí y ruedo los ojos.

- Señorita Fontana, un joven llamado Salvador Dieste le busca, dice que es...su novio.- dice con cierta desconfianza Francisco.

Vuelvo a rodar los ojos.

- Dígale, por favor que no estoy.- respondo de mala gana y luego cuelgo el auricular y vuelvo a la estufa.

Pasan 4 segundos cuando vuelve a sonar.

- ¿Sí?- pregunto un tanto molesta de nuevo al teléfono.

- Disculpe señorita pero dice el señor qué no se irá de aquí hasta que hable con usted, eso dijo él.

Observo que es lo que ocurre en la planta baja y veo a Salvador dirigiéndose a mí en vídeo desde la cámara haciendo señas con sus manos juntas que indica que por favor baje o que lo deje subir a mi Penthouse.

Aun con el enojo ardiendo dentro de mí y un poco herida logra sacarme una sonrisa al verlo, suspiro y al final digo:

- Dígale que suba.

Mando llamar al ascensor hasta mí y veo a Salvador correr hasta él y en menos de un minuto ya está dentro de mi apartamento.

- ¿Que necesitas? - digo a secas con mi cuerpo volteado hacia la cocina.

Él suelta una risa divertido.

- ¡El mejor recibimiento! –exclama.- te va muy bien mi ropa.

Yo volteo y veo que tiene su mirada fija en mi trasero, los cuales sólo llevan unas pantis. Por reacción, me volteo hacia él y tomo el secador de manos que está a lado de mí, así que lo llevo hasta ahí y trato de cubrirme. Él vuelve a echar unas risas.

- Nada que no haya visto antes, preciosa.- completa para luego morderse su labio inferior.

Doy media vuelta un tanto apenada y furiosa y me dirijo a mi habitación, me pongo el primer pantalón deportivo que encuentro cuando escucho a Salvador gritar desde la cocina.

- ¡No te preocupes, así luces increíble!

- ¿Qué necesitas?- vuelvo a preguntar luego de cruzar mis manos sobre mi cuerpo y verlo fijamente a los ojos.

DessiréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora