La mentalización que estuve haciendo para saludarla con una sonrisa se fue al garete cuando dieron las cinco y nadie tocó el timbre de mi casa.
Esperé y esperé una eternidad sentada en el sofá más cercano a la entrada.
Tocó timbre a las 17:09.
Nada de elegantemente tarde. Odio la impuntulidad, así que no pude evitar mi mueca de fastidio al recibirla.
"L-lo siento yo..." Comenzó, pero odio aún más las disculpas sobre cosas que perfectamente puedes evitar hacer.
"Sí, como sea. Será mejor que nos pongamos a trabajar ahora. Puedes comer después de que terminemos. "
"¿Disculpa?" Sonaba atónita, lo que es contradictorio si lo piensas...
"Mmm sí, si hubieras llegado antes podría haberte ofrecido café o, no lo sé, hamburguesas, pero... "
"Solo fueron diez minutos, tuve un poblema con e-
"Como sea, ¿por qué estás discutiendo? Te he visto acabar con dos rebanadas de pizza como en cinco minutos. " Abrió la boca con bochorno. "Pero da igual, nos pondremos a trabajar, veré si Dina preparó algo de comer luego. No es como si fueras a morir de hambre pronto o algo así. "
Presionó sus labios juntos como si le desagradase la idea de que toda su cara se tornase bordó.
Ridículo.
Me crucé de brazos al mismo tiempo que me volteaba para conducirla hasta la sala.
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Ella es gorda
Historia Corta¿Por qué saldrías con ella? Ella es gorda. Y yo soy perfecta. ----- |Historia corta. Lesbian|