Confieso que no comí los chips.
Le entregué la manzana a Lisa y cuando se volteó, tomé la bolsa y comencé a hacer ruido con ella, sólo para que pensara que la estaba abriendo.
Pero no toqué ni una maldita papita.
Se suponía que la manzana era para mí y las papas iban para ella.
Pero Lisa tiene unos ojos tan brillantes que nunca en tu vida pensarías que podría jugarte chueco.
Deberías haber visto la mirada en su rostro cuando tomó la manzana de mi mano y se volteó en su asiento para darme la espalda. Ganó.
Lisa la gorda definitivamente ganó esa, pero el juego aún continuaba; ignoré el sonido de mi estómago, como estaba acostumbrada y comencé a hacer ruido con la bolsa de papas, como si estuviera abriéndola.
Como si planeara llevarme a la boca alguno de esos pequeños contenedores de grasa.
Pero no toqué ninguna.
Ni una maldita papita.
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malditas y sensuales papitas
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Ella es gorda
Historia Corta¿Por qué saldrías con ella? Ella es gorda. Y yo soy perfecta. ----- |Historia corta. Lesbian|