Llevo TEINTA Y CUATRO porque armo una fiesta

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Incluso si ya no compartíamos detenciones, la veía a menudo en clases.

Aún así, pasaron casi dos semanas hasta que volvimos a hablar. 

Y fue durante la clase de matemáticas, cuando el profesor nos obligó a sentarnos con nuestras parejas para hacer la devolución del trabajo. 

Resultó ser que el nuestro era uno de los peores de la clase y teníamos hasta el jueves para rehacerlo si no queríamos reprobar.

"Maldito imbécil. " Susurré. 

"¡Cordelia! " Me reprendió Lisa, susurrando también. "Puede oírte, baja la voz. "

"¿Y qué? Es un imbécil, nos aprobaría en dos segundos si le dejara creer que puede meterse en mi falda. "

La mano de Lisa hizo un chasquido cuando impactó contra su boca. Fue algo gracioso cómo se abrieron sus ojos. 

"No me veas así, nunca lo dejaría hacerlo en realidad... Se llama 'coqueteo', ¿esa cosa que hacen Maia y tú? "

"Ew. Ew, ew,  yo no coqueteo con Maia. " Replicó. 

Puse los ojos en blanco. 

"No soy estúpida, Lisa. " 

Ella bufó. 

"Maia y yo somos amigas desde pequeñas, yo no coqueteo con ella. No me gustan las chicas. " Dijo. 

Arrugué mis cejas. 

"Todos esos 'ew' suenan mil veces peor ahora, ¿acaso eres...? "

Sus mejillas se tornaron bordó. 

"¡No, no! No soy homofóbica... es sólo que Maia y yo somos como hermanas. "

Suspiré. Quizás yo sea imbécil a veces, pero la homofobia fue una etapa que tuve que superar a los catorce años cuando me enamoré de mi mejor amiga. 

"Ah, genial. " Sonreí. "¿Crees que estaría bien si le pregunto a Maia por una cita? "

Cuando apartó la mirada supe que algo no iba bien.

Y cuando me habló sobre ti, no lo podía creer. 

"No le preguntes. " Me advirtió Lisa. Y le creí, sólo por la lástima que escuché en su voz. "Yo no soy homofóbica, pero ella sí. "



Ella es gordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora