Por supuesto, la primera semana del castigo la pasé con ella.
El primer día fue mayormente silencioso.
Hasta que me habló.
"Nunca pediste disculpas "
Puse los ojos en blanco. La sola idea de eso me producía escalofríos.
"Hablo en serio, Cordelia, no tengo ganas de seguir con esto. No sé cuánto odio entra en tu pequeño cuerpecito, pero yo no tengo mucho de eso y no quiero seguir con esto"
Bufé ante la ironía.
"¿Entonces de qué estás rellena?" Pregunté. "¿Qué es eso que te sobra tanto?"
Ella sólo me miró directo a los ojos. Y sabrá algún mago cómo hice para no apartar mis ojos de los suyos.
"Gente estúpida que trata de herirme " Lo que dijo, para mí, no tenía nada de sentido. "Pero no podría odiarlos, sabes. ¿Cuánto se tienen que odiar a sí mismos para tener que volcar un poco de su odio hacia los demás?"
En ese momento, aparté la mirada.
Y nunca supe qué truco de magia usé para que no vea que tenía ganas de llorar.
Yo no me odio.
Yo no me odio. Yo soy perfecta y me amo, me amo tanto.
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Ella es gorda
Kısa Hikaye¿Por qué saldrías con ella? Ella es gorda. Y yo soy perfecta. ----- |Historia corta. Lesbian|