Ella es gorda

TREINTA Y DOS y te vas

"Entonces, desde que es nuestro último día de detención juntas, podemos almorzar en paz y como gente civilizada, al menos esta vez. " Dijo.

Juro por el cielo que su expresión no anticipaba nada bueno. Cuando dio el primer mordisco me miró, como si estuviera desafiándome a decirle algo. 

Y para estas alturas sabrás que me encanta morder el anzuelo. 

"No entiendo como puedes comer eso. " Solté, antes de pensar la frase completamente. 

"Porque amo las hamburguesas. " Contestó. 

Fruncí el ceño. 

"Pero... ¿no lo sientes? " Pregunté, bajando la voz. 

"¿Sentir qué? ¿Te refieres a que tengo que pedir perdón o...? "

"No, no. " Negué, y toqué mi garganta  de manera involuntaria. "La sensación... ¿Cuántas calorías tiene? ¿500? ¿No sientes... la cantidad de grasa que tiene esa cosa? ¿Cómo está bajando por tu garganta en este momento?

Lisa me miró como si la información que le estaba dando no fuera verdadera en lo absoluto. Leí aquello mil veces de páginas nutricionistas. Mil veces. 

"No, Cordelia, nadie puede sentir la grasa entrando en su cuerpo. "

"Yo sí. "

"Entonces yo tenía razón y eres extraterrestre. " Concluyó. 

Me cubrí la boca con la palma de mi mano antes de que se me escapara una risa y cometiera el peor error de mi vida al reírme de una broma suya. 

"Siempre pensé... todas esas veces que te vi, pensaba que eras tímida, es decir, siempre actúas tímida con los demás, pero a mí me dices todas esas cosas rudas... para-nada-tímidas. "

La risa de Lisa es tan extraña. A lo que voy es; tienes una boca para dejar escapar el sonido de tu risa, ¿por qué lo dejarías escapar por la nariz? 

"Es que lo soy. " Asintió. "Tímida, un montón. Intento impresionar a la gente, todo el tiempo. Tratando de ser buena en muchas cosas porque no soy muy buena luciendo bien, así que intento ser amable y pienso mucho las cosas antes de hacerlas. "

"Pero... " Alenté. 

"Pero no soy tímida contigo porque eres una persona de mierda por lo que es no estoy tratando de impresionarte; así que puedo dejarlo ir y ser yo, porque nunca te agradaré. Y jamás vas a agradarme. " 

Asentí conforme, a pesar del insulto.

Porque, sabes, Maia, desearía que no le agradaras a Lisa. Así ella no tendría que comportarse toda tímida contigo, así podrías verla siendo ruda. 

Así podrías ver que Lisa la ruda es bastante mejor que Lisa la tímida.