Capítulo 2. "Richard Avery"

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Pasaron las clases hasta que llegó la hora del desayuno. Menos mal porque, aunque hubiera desayunado hace unas horas, moría de hambre. Quizá eran los nervios.

Seguí por toda la cafetería a Jenna. Vaya que era linda, habían muchos sillones y mesas para sentarse. Todo hacía juego perfecto. El inmobiliario era café en diferentes versiones y las paredes estaban tapizadas de azulejos color crema. Del lado derecho del local estaba la barra donde se ordenaba lo que fueras a pedir y al lado de éste estaba la caja registradora de cobros. Aunque lo que más me gusto fue que ¡había un extenso surtido de comida! Desde lo simple como frutas preparadas hasta carnes frías. También habían muchos postres que se veían deliciosos, incluso teníamos barra propia de café Starbucks. Había quedado fascinada con esta cafetería.

-Wow, Jenna, ¿Quién es tu preciosa acompañante?- dijo un chico guapo, de cabello castaño con muchos rulos. Me daban ganas de tocarle el cabello y jugar con él.

-Cálmate, Brent. Chicos, esta es Lía, es la nueva estudiante.- anunció Jenna a sus dos amigos que ocupaban la mesa.

-Mucho gusto, yo soy Malía.- dijo la chica rubia ondulada. Me fascinó su conjunto que traía, un vestido arriba de la rodilla con un estampado floreado y unos tacones a juego.

-¿Qué te trae por aquí, Lía?- preguntó el de rulos.

-Pues...- ¿Sería bueno contarles mi historia? Qué más da, me han dado un lugar donde sentarme y me agradan como para ser mis amigos. -La verdad es que mis padres se separaron, entonces mi madre decidió que era mejor venirnos a Los Ángeles por un tiempo mientras mi papá y mi hermana se quedaban en Dallas.

-¿Tienes una hermana?- la que habló ahora era Malia.

-Así es, se llama Danna y tiene 21.

-Me imagino que ha de ser igual de bella que tu.- dijo Brent. Todos comenzamos a reír debido a su cumplido.

-Vaya, veo que ya conocieron a mi chica.- interrumpió una voz. Me giré a la vez que un chico se sentaba a mi lado y me rodeaba con su brazo derecho. Por su cara distinguí que era el chico del que me había contado Jenna, Richard.

-¿Tu chica? Vaya amigo, creo que ella ni sabe tu nombre.

-Tienes razón Brent. Se me ha olvidado presentarme ante esta hermosura. Mucho gusto amor, soy Richard Avery, y tu eres la próxima señora Avery.

Cogió mi mano y me dio un beso en ella. Jenna tenía razón, es todo un coqueto.

-¿Señora Avery? Eso es lo que le dices a todas tus víctimas. Pero, ¿qué crees? Lía no es como los demás.- me defendió Jenna.

-Calla, Black. Ella decidirá eso, no tú. Y ahora los dejo, tengo cosas que hacer. Te veo en la siguiente clase linda, al parecer la tenemos juntos.

Recogió su mochila del piso, me dio un beso en la mejilla y se fue. Me dejó paralizada.

-Dime que no vas a caer en sus juegos, Lía. Así es con todas. Las trata bien, las invita a salir, luego a su casa, tienen una noche caliente juntos y las deja tiradas para cambiarlas por otra.

-No, no lo haré. Lo prometo.- dije mientras veía como se alejaba el chico.

Aunque a decir verdad jamás se debe de prometer algo si no sabes si lo podrás cumplir.

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Richard en multimedia.

La apuesta que cambió mi vida {I parte}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora