Al día siguiente me levanté sintiéndome mal. Tenía la famosa "resaca". Agh, estúpido y sensual alcohol. Aunque no me sentía terrible gracias al baño del día anterior, en casa de Richard.
-Lía, ¿Estás despierta? Ya es muy tarde para la escuela.- gritó mi mamá desde el piso de abajo.
Mierda. Hoy es día de clases. Sin ganas de ir a la escuela, me levanté de la cama y me puse un pantalón negro entubado junto con una blusa blanca básica y encima de ésta una blusa manga larga arremangada color azul claro; de zapatos unos botines con tacones del mismo color de la blusa y una bolsa a juego.
-¿Es que siempre te tendré que estar acarreando para la escuela, cariño?.- se quejó mi madre cuando bajé a desayunar.
-Lo lamento, mamá. No volverá a pasar, es que ayer me desvelé.
-Me di cuenta, ya no supe a qué hora llegaste. ¿Cómo te fue en tu cita?
No pensaba decirle que fue un asco y que casi termino acostándome con Richard. Por lo que sólo mentí, lo cuál se me da por fortuna.
-Bien, aunque como te dije, no pasa nada entre nosotros. Es un compañero. Si me disculpas se me hace tarde y más si no encuentro un taxi.
-Seguro encontrarás, aparte quién sabe, capaz tu bella madre te compra un auto en unas semanas a causa de tu cumpleaños número 18.
Reímos juntas. Cierto, en unas cuántas semana sería mi cumpleaños. ¡Y aún no había decidido qué hacer! Luego hablaría con Jenna sobre eso.
Afortunadamente en cuanto salí de mi casa no tardó en pasar un taxi vacío, por lo que podría llegar temprano a la escuela.
-¿Me podrías explicar dónde rayos te metiste ayer en la noche?- me dijo Jenna en cuanto llegué a mi casillero.
-Hola para ti también.- bromeé.
-Hablo en serio Morgan, ayer te quise dar una sorpresa llegando a tu casa pero tu mamá dijo que saliste con un chico. ¿Algo que me quieras contar?
Mierda. No le podía decir que había salido con Richard porque se enojaría y diría que me lo había advertido. Pero era mejor que se enterara ahora a que alguien más se lo contara. Aparte era mi nueva mejor amiga.
-La verdad es que salí con Richard. Lo lamento Jenna, debí de haberte hecho caso. En serio, perdón por no haberte dicho antes también.
En serio estaba arrepentida, si pudiera cambiar el pasado lo haría. Pero mi amiga en vez de ponerse de mal humor me consoló.
-Tranquila, linda. ¿Te hizo algo ese desgraciado? Dime que tan siquiera no te acostaste con él.
-Estuve a punto pero no, no lo dejé. Estaba algo tomada y no estaba en todos mis sentidos. Pero gracias al baño que me di estuve mejor.
-Espera, ¿Baño? ¿Te bañaste con él?
-¡No! Sólo me bañé en su casa, pero no me vio, ni cambiándome. Vamos, te explicaré en clase.
Comenzamos a caminar hacia el salón cuando Jenna recibió un mensaje. Lo leyó para si misma y luego me vio algo preocupada.
-¿Qué pasa? ¿Todo bien? ¿De quién es?
-Es Richard. Dice que quiere hacer un anuncio importante para todos a la hora del almuerzo. Indica que hay que reunirnos en el comedor apenas suene la campana.
De pronto, comencé a escuchar el sonido de todos los celulares de los estudiantes que estaban a mi alrededor, y en un segundo todos me estaban mirando.
-Jenna, ¿Qué más dice?
Comencé a preocuparme porque todos me miraban y susurraban entre sí.
-El anuncio es sobre ti.
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La apuesta que cambió mi vida {I parte}
Teen Fiction¿Qué pasaría si de pronto tu vida cambiara gracias a una apuesta? Esto le pasó a Lia Morgan, pero, ¿Cómo puede una apuesta cambiar tu vida? Tras el divorcio de sus padres, Lía se muda a Los Ángeles junto con su madre con la esperanza de comenzar un...