Después de pasarme lo que quedaba de la tarde ayudándole a clasificar su ropa y acomodándola, tomé un baño y me acosté en la cama. Era temprano para dormir pero como estaba muy cansada planeaba acostarme un rato.
Luego de unos minutos decidí mandarle un mensaje a Aaron disculpándome. Fue muy grosero lo que le hice, pero es que era mi hermana. Aparte Aaron y yo no somos nada. Aún. Sólo conocidos, porque, ¿podría llamarlo amigo?
"Hola, en serio lamento no haber ido a comer hoy contigo, te debo una salida, ¿ok? Te quiero."
"No te preocupes hermosa, todo está bien. P.d. No creo que me quieras como yo a ti;) Buenas noches, sueña lindo."
Me sonrojé ante tal mensaje. ¡Pero que tierno era! Aaron era el tipo de chico que todas quisieran tener como novio. Te comprendía cuando eras grosera con él con una razón, aparte que trataba bien a las mujeres y decía cosas lindas. Y no olvidar que era realmente guapo. Sólo no entendía yo porque él no me atraía por completo. Quizá era rara. Bueno, eso ya lo sabía.
Pensando en tantas cosas me comenzó a agarrar el sueño hasta que me quedé dormida por completo.
*******
-Lía, despierta, ¿nos acompañarás a ver vestidos de novia?
Escuché que tocaban fuertemente mi puerta. Era mi hermana.
¿No les ha pasado que amanece y sienten que no durmieron nada aunque así fuera? Bueno, eso me estaba pasando. Moría de sueño a pesar de haberme dormido temprano.
-Sí, ahorita voy.
-Apresúrate, la cita en es 30 minutos.
¿Y se les ocurre levantarme ahora? Agh, tendría que tomar un baño de regreso.
Agarré lo primero que encontré (un vestido floreado junto con unas zapatillas negras) y salí corriendo escaleras abajo. Era un milagro que no me hubiera matado.
Subimos todas al carro, mamá en el asiento del piloto, mi hermana de copiloto y yo por ser la pequeña atrás. Al menos pusieron mi canción preferida, Braveheart de Neon Jungle.
Luego de unos minutos bajamos a la plaza del centro. Allí había un local de vestidos de novia de una diseñadora muy buena. Nos atendió su secretaria, quien era muy amable, y nos llevó a un cuarto lleno de vestidos para elegir. ¡No había lugar en esta habitación donde no hubieran vestidos!
Mientras mi hermana elegía yo también miraba para darme una idea de como cuál podría usar en mi boda en muchos años. Si no es que termino siendo una viejita solterona con mil gatos, claro. Me había gustado uno con escote de corazón ajustado y de la cintura para abajo abultado con dos telas, ¡Me encanta! Creo que debía de conseguir el novio para usarlo ya.
Pero que cosas piensas, Lía. No.
-¿Lía?
Esa voz. Me volteé rápidamente y sí, era quien yo pensaba. Me encontré con dos ojos grises hermosos.
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La apuesta que cambió mi vida {I parte}
Teen Fiction¿Qué pasaría si de pronto tu vida cambiara gracias a una apuesta? Esto le pasó a Lia Morgan, pero, ¿Cómo puede una apuesta cambiar tu vida? Tras el divorcio de sus padres, Lía se muda a Los Ángeles junto con su madre con la esperanza de comenzar un...