Capítulo 22. "¿Lo perdono?"

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Idiota.

Eso es lo único que pensaba de Aaron.

Eres una tonta, Lía. Jamás debiste haberle dicho sobre eso.

Me levanté molesta de mi asiento y me dirigí hacia la puerta. Lo que menos quería en ese momento era armar una escena en la heladería.

-Oye, Lía espera, era una broma.

Aaron me siguió hasta afuera. Me di la vuelta para enfrentarlo, sólo porque me había tomado de la muñeca y era más fuerte que yo como para soltarme de su agarre.

-¿Broma? ¿Acaso te pareció graciosa esa estupidez?

Dije levantando la voz. Varias personas me voltearon a ver. Mierda, olvidé que estábamos en plena calle.

-Creo que lo mejor sería discutirlo en mi carro.

Asentí, pero sólo porque me daba mucha pena que todos me vieran pelear con él. Caminamos hacia su carro en silencio mientras pensaba qué le iba a decir.

-Lía, en serio lo lamento, no debí de haberlo hecho, fui un estúpido.

Soltó cuando estábamos ya arriba. El carro estaba estacionado y con las ventanas cerradas, por lo que no nos podrían escuchar.

-Realmente lo fuiste.

No lo volteaba a ver. Sabía que si lo hacía me apiadaría de él y lo perdonaría, pero en estos momentos se merecía de todo menos un perdón.

-¿Me podrías perdonar?

¿En serio creía que lo iba a perdonar tan fácilmente? ¿Olvidar todo así de rápido? Ni loca.

Como vio que no contestaba, se rindió.

-¿Quieres que te lleve a tu casa?

Acepté. ¿Qué más daba? Era algo tarde y no pensaba irme en taxi. Jamás me había gustado tomar uno.

Encendió el carro y emprendimos el camino a mi casa. Los 20 minutos que tardamos en llegar nos la pasamos en silencio. Seguía molesta.

Aparcó afuera de mi casa, las luces estaban apagadas, lo que significaba que mi hermana y mamá seguían en el hospital. Menos mal que siempre cargaba un juego extra de llaves.

-Eh, gracias.

Me agarré de la palanca del carro para salir pero él me detuvo.

-Lía, una cosa más, sólo quería que supieras que lo siento, en serio, no aguanto que estés enojada conmigo, me gusta la Lía sonriente, no la que no me habla para nada. Pensé que podríamos pasar un rato juntos, ya que no nos vemos siempre pero lo arruiné todo, arruiné nuestra primera cita formal, soy un idiota.

Noté en sus ojos que en serio lo sentía. Verlo así me provocaban unas inmensas ganas de abrazarlo. Pero gracias a mi orgullo sólo me quedé allí viéndolo y procesando sus palabras.

-Te quiero...-

Susurró tan bajo que sonó más como un ruido del viento.

Entonces fue donde cometí la estúpida acción de perdonarlo, a pesar de lo que había hecho.

Lo abracé y él me envolvió en sus brazos. Se sentía tan bien. Estuvimos así por lo que sentí unos minutos.

Cuando estaba apunto de irme se acercó a mis labios tan decidido, que sabía lo que estaba apunto de suceder. Sólo me quedaba esperar ese roce de sus labios en los míos.

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Hola, sólo les vengo a avisar que acabo de comenzar una nueva historia, se llama "Familia equivocada" no será romántica, será más de cómo valorar el amor de una familia y les aseguro que es muy original, espero se pasen y dejen comentarios así como votos, mil gracias, besitos <3 :) xx

La apuesta que cambió mi vida {I parte}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora