-¿Bueno?
Contesté de mala gana.
-Pero que alegré te escuchas, preciosa.
-No estoy de humor Nathan, ¿Qué quieres?
-Ya me di cuenta. Pero si no mal recuerdo habíamos quedado en salir hoy al club.
¿Yo dije eso? ¿Cuándo acepté? Oh, mierda. Acepté cuando estaba en mis 5 minutos de Lía "La amable que es un ángel caído del cielo" Morgan. Lo bueno es que esos momentos eran muy escasos.
-Tienes razón. ¿A qué hora nos vemos allá?
-No te preocupes preciosa, yo puedo ir por ti.
¿Y que conozca donde vivo para que me siga acosando? ¡Ni hablar!
-Preferiría llegar aparte. ¿A qué hora?
Escuché un suspiro de impaciencia del otro lado de la línea.
-Esta bien. A las 9, ¿te parece?
No, no me parece Nathan. Preferiría quedarme haciendo tarea (jamás la hago) o ver todas las temporadas de Pretty Little Liars toda la noche (y eso que amo dormir) antes que salir contigo.
-Vale, ahí nos vemos.
Es lo único que pude decir. Me respondió con un cumplido, yo sólo me despedí y colgué.
No me interesa, ¿para qué seguirle el juego y darle esperanzas?
Miré el reloj de la mesita de noche y eran las 8.30. Joder sólo tenía 30 minutos para arreglarme.
Tomé una ducha rápida y saliendo me puse un vestido rojo de encaje, corto y entubado, junto con sus respectivos accesorios, como zapatos, bolsa, alhajas, etc., color negro. Me gustaba mucho esa combinación.
Me maquillé un poco y salí en busca de un taxi, y afortunadamente encontré uno inmediatamente.
La verdad es que odiaba tener que tomar un taxi cuando iba a una fiesta porque normalmente los choferes te quedan viendo morbosamente y eso me daba asco. Tan siquiera fueran discretos.
Nos llevamos 15 minutos, en los cuales el chofer me contó toda su vida y yo con tal de que no me secuestrara le seguía la plática.
Lía paranoica y exagerada mode on.
Pero al final llegamos.
Pagué la debida cuota y me encaminé hacia la entrada donde habían dos guardaespaldas que revisaban las tarjetas de identidad de la gente para ver que tuvieran más de 18 años.
Mierda. Debí de haber pensado en eso antes.
Creo que era mejor regresarme a casa, ya que no me dejarían entrar. Aunque... No le estaban pidiendo las tarjetas a todos. Bueno, ¿qué perdía con intentar entrar? Aparte, la fila estaba algo corta.
Me formé detrás de una chica con un vestido demasiado provocador que parecía que sólo se hubiera puesto unos cuantos pedazos de tela sobre ella. ¿Acaso estaba permitido vender esa clase de vestidos?
-La que sigue.
Observé como la chica cruzaba las puertas alejándose de aquel escenario. Regresé al mundo y observe a dos guardias queme quedaban viendo. ¿Qué tenía? Aaah si, era la siguiente.
-Nombre.
Dijo el más grande, y moreno.
-Lía Morgan.
Observé como el otro anotaba mi nombre en una lista junto con muchos más.
Ambos me quedaron viendo de pies a cabeza y viceversa, tanto que me intimidaron completamente. Sólo que evité sonrojarme para parecer más madura.
-Pase, señorita Morgan.
-Muchas gracias, caballero.
Uff, menos mal lograba pasar como de 18 años, aparte sólo faltaban pocos meses, así que, ¿qué más daba?
Crucé las dos puertas y me sorprendí al ver la gran cantidad de gente que había en ese lugar. La pista estaba repleta, habían muy pocas mesas vacías, y las que estaban ocupadas eran por chicos que se estaban comienzo a besos o que necesitaban urgentemente una habitación.
¿A dónde rayos me había venido a meter?
Nunca debiste de haber venido, Lía. Nunca debiste.
-------------------------
Holaaaa! Bueno, les vengo a agradecer los 7,000 leídos ya, se siente hermoso♥ Muchas gracias a todos!
Y segundo, como premio les quería decir que comenzaré a dedicar los capítulos al primer comentario que me lo pida, a ese le dedicaré el capítulo SIGUIENTE, comenzando con el 27:) espero les guste mi idea y muchas gracias♥ xx
ESTÁS LEYENDO
La apuesta que cambió mi vida {I parte}
Novela Juvenil¿Qué pasaría si de pronto tu vida cambiara gracias a una apuesta? Esto le pasó a Lia Morgan, pero, ¿Cómo puede una apuesta cambiar tu vida? Tras el divorcio de sus padres, Lía se muda a Los Ángeles junto con su madre con la esperanza de comenzar un...