Capítulo 33. "Algunas veces la felicidad no dura nada."

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-¡Pero claro!

Me abalancé sobre él para darle un tierno y apasionado beso. No me importaba que estuviéramos rodeados de meseros. No me importaba estar perdiendo el pudor en un lujoso restaurante. No me importa ni una mierda la maldita apuesta. Todo lo que importaba en este momento era Aaron y yo.

Estuvimos así hasta que él interrumpió.

-Se dónde podremos terminar esto.- dijo pícaramente.

Me agarró de la mano y lo seguí por un sendero que llevaba a un hotel.

Nos adentramos y él pidió la tarjeta de una habitación. ¿Cómo? ¿Ya lo había previsto todo? ¿Sabía que le iba a decir que sí? ¿Tan seguro estaba?

Me tomó en los brazos y nos dirigimos a la habitación 315. Este chico era realmente fuerte, porque eso de subir tres pisos cargando a una chica no lo podía hacer cualquiera. ¡Tres pisos!

Abrió la habitación y me colocó sobre la cama. Yo como recompensa lo jalé para que se acostara conmigo y le comencé a dar pequeños besos por su cuello.

-Tranquila preciosa, pronto comenzaremos. Ponte cómoda, tengo que arreglar algo primero.- me regaló una de sus típicas sonrisas pícaras que tanto me volvían loca. Me dio un suave pero fugaz beso en los labios y se fue al baño.

¿Arreglar algo? Bueno, no me quedaba más que esperar.

Estaba muy ansiosa por lo que fuera a pasar, quería demasiado a Aaron. Era un gran chico, y sí, estaba dispuesta a perder mi virginidad con él.

Estuve esperando como por cinco minutos y Aaron no salía del baño. ¿Qué tanto tenía que arreglar? ¿Tenía diarrea o qué? Como estaba comenzando a desesperarme decidí mandarle un mensaje a Jenna. Pero al parecer mi amiga me leyó la mente porque ella lo hizo primero.

Cuando revisé su mensaje no pensaba encontrar eso, quería encontrar un "Buena suerte" o algo por el estilo. Pero en cambio estaba algo que me hizo preocuparme totalmente.

"Cuidado, acabo de descubrí que es un Avery, ¡Va a intentar acabar con la apuesta! ¡Ten mucho cuidado Lía!"

¿Avery? ¿quién rayos era un Avery? ¿Aaron? Esperen, Richard es un Avery. Entonces eso significa que...

No, no puede ser eso.

¡¿Aaron es su primo?!

Cogí mi celular y le mandé un mensaje rápido a Jenna.

"Gracias por el dato. Justo a tiempo. Me largo del hotel, luego te explico. De todos modos si no salgo o mando mensaje en 10 minutos... Hotel Dreams, habitación 315. Sabes qué hacer. Te quiero."

De pronto escuché un pequeño pitido que me puso más de nervios. Era un celular. Pero no era mío, era el de Aaron. Estaba sobre la mesita de noche, donde él lo había dejado.

No escuchaba nada en el baño, por lo que decidí darle una ojeada rápida a su celular.

Pero al instante me arrepentí totalmente de hacerlo hecho.

Había un mensaje de, nada más y nada menos que, Richard.

"¿Como vas con la apuesta primo? ¿Ya hay una virgen menos en este mundo? ;)"

Quería llorar, gritar y correr en ese momento.

Dejé su celular en la mesa como estaba y por fortuna justo a tiempo, porque en ese momento se abrió la puerta del baño, dejando a la vista a un Aaron Avery sólo en bóxers.

Hubiera sido muy sexy y lo hubiera disfrutado. Si no fuera porque ahora sabía la verdad. Él no me quería, sólo quería ganar la apuesta y estaba por terminarla.

Estaba en un estado completo de shock, y lo único que pudo salir de mi mente sin pensarlo o si quiera intentar detenerlo fue...

-¿Eres un Avery?

Y esas simples palabras acabaron con todo, porque la cara de Aaron se oscureció por completo.

La apuesta que cambió mi vida {I parte}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora