-Esto es por llevártela lejos.
Le dio un golpe tan fuerte en la nariz que si hubiera sido yo me hubiera muerto.
-Y esto por tratar de propasarte con ella. Maldito bastardo.
Le dio otro golpe aún más fuerte.
-Y esto es por tratar de robarte a mi chica.
Le dio el último golpe que lo dejo tirado retorciéndose del dolor.
Se veía mal, pero no tanto como para que se fuera a morir.
Esperen un momento, ¿había dicho "mi chica"? ¡Pero que tierno!
-¿Eso es todo lo que tienes, idiota? Sí, me iba a tratar de acostar con Lía, ¿y qué? Está bien buena. Con ese cuerpo quién no quisiera.
Estúpido Nathan.
Aaron se enojo aún más y siguió golpeándolo. Lo hubiera detenido para que no lo fuera a matar, pero se lo merecía. Claro que Aaron no lo mataría, bueno eso creo.
Seguía viendo esa violenta escena cuando de pronto sentí unas manos que me tapaban la boca, seguidas de otro par de manos que esta vez me inmovilizaban por completo.
Traté de voltear pero las manos eran muy fuertes, o quizá yo era la débil debido al líquido que le pusieron a mi bebida. Aún no me pasaba el efecto.
De pronto me comenzaron a arrastrar y por más que me movía y trataba de hacer ruido Aaron ni se daba cuenta que me estaban raptando. Claro, a eso agreguémosle el sonido de la música a todo volumen y los quejidos de Nathan. Con razón no se daba cuenta.
Hola, Aaron, eh, no es por preocuparte pero... ¡Me están raptando! ¿Quisieras dejar un rato de tratar de matar a Nathan y ayudarme por aquí?
Tu héroe es algo despistado.
Ni que lo digas. Pero esta guapo.
Eso no te lo puedo negar.
Seguía viendo cómo me arrastraban hasta una habitación. Esperen, ¿Una habitación?
Sí, Lía, de esas donde la abejita y el abejito...
Ya no soy pequeña. Tengo 17 años.
Esa donde las putas se cogen a los chicos pues.
Vaya, que directa.
Auch. Un golpe fuerte me sacó de mis tan entretenidas pláticas con mi subconsciente.
Estaba tan nerviosa que no me había dado cuenta que estaba con los ojos cerrados. Los abrí inmediatamente y me di cuenta que me estaban sentando en una silla, a la vez que me colocaban una cinta en la boca, seguida de otra en las manos y otra más en las piernas.
Mierda. ¿Un secuestro en un bar?
Lía, ¿alguna vez has pensado en cambiarte el nombre?
¿Por qué?
Porque sólo te metes en líos. Tatan tss.
Pero qué graciosa, consciencia. Estás viendo que nos van a violar y en vez de pensar algo para salir de aquí, tratas de hacer chistes que no dan risa.
"Nos" me suena a manada. Te van a violar a ti, querida.
¿Olvidas que somos una sola?
Violar es físico, yo soy mental.
Violar es físico y mental.
Oh Dios, me estoy volviendo loca. Maldito líquido. Me hace pensar cosas y hablar conmigo misma.
-Bien, ¿qué te haremos primero, preciosa?- dijo el moreno musculoso de ojos grises, a la vez que me agarraba de una mejilla. Yo me hice a un lado bruscamente, señalando claramente mi disgusto.
-Yo digo que comencemos aclarando quien hará la mayor parte del trabajo, si sabes a lo que me refiero.- señaló el otro chico de cabello rubio y ojos verdes.
-Espera, pero que groseros somos. Él es Tom y yo soy Brad.
Oh, ahora los recuerdo. Son los amigos de Nathan. Quizá todo fue planeado. Idiotas. Pero cuando salga de aquí me van a conocer realmente.
Si es que sales de aquí.
Oh, cállate de una buena vez.
-Bien, ahora donde estábamos. Al fin lograremos acabar con la apuesta.- señaló el rubio.
Yo sólo les dirigía miradas asesinas mientras no dejaba de moverme para safarme de las ataduras.
Brad tomó una manga de mi vestido y comenzó a bajarla lentamente. Yo seguía moviéndome para que no me la bajara completamente, pero Tom me tomó de los hombros, facilitando el trabajo de Brad.
Me estaba comenzando a desesperar. Bajó la otra manga y empezó a bajar toda la parte de arriba de mi vestido. Bajaba y bajaba hasta que Tom le ayudó a quitármela hasta donde la posición de estar sentada lo permitía, es decir a la cintura, dejando ver mi sostén negro de encaje.
-Eres aún más preciosa así, ¿lo sabías?- dijo Brad mientras se mordía el labio. Maldito cerdo.
-Es mi turno, hermano.
Tom se acercó con una mirada muy lujuriosa y me quitó la cinta de mi boca.
-Bien, preciosa, si gritas desearás no haber nacido. Pero si no lo haces, tendremos compasión por ti y todo será rápido, ¿vale?
Tengo una gran lista de cosas que les podría decir justo ahora.
-Son unos malditos cerdos. Todo por una apuesta.
Ambos comenzaron a reír. Luego el rubio me plantó un beso apasionado, que yo rechacé, y aproveché para morderle fuerte el labio, provocándole que sangrara.
-Eres una perra. Acabas de sellar tu destino. Créeme que te dañaremos tanto que no te podrás mover en meses.
Comenzaron a caminar enojados y muy decididos hacia mí.
Cerré los ojos por miedo a lo que me fuera a hacer cuando de pronto la puerta se abrió y entró una silueta de un chico. Tenía algunas lágrimas en los ojos, por lo que no pude distinguir completamente su rostro.
El chico comenzó a golpear a Tom, y luego a Brad, de pronto todo se convirtió en puñetazos, golpes y algo de sangre.
-Ya nos veremos luego para acabar todo, no lo dudes, Lía- dijo con una sonrisa maliciosa Tom, acto seguido se fueron corriendo junto con Brad.
El chico me quedó viendo, y no precisamente a los ojos.
-Hey idiota, mis ojos están aquí arriba.
¿Así le agradeces a tu salvador?
Oye estoy enojada.
El chico comenzó a reírse, dejando a la vista su hermosa sonrisa. Aparte, él era muy apuesto.
-Guapa pero con esa actitud, mala combinación.
Seguía sonriendo, ¿qué se le hacía tan divertido?
-Bueno, ¿Y tú quien rayos eres?
-Soy Ian. Ian Miller.
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Ian en multimedia.
Pronto sabrán más de él ;)
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La apuesta que cambió mi vida {I parte}
Teen Fiction¿Qué pasaría si de pronto tu vida cambiara gracias a una apuesta? Esto le pasó a Lia Morgan, pero, ¿Cómo puede una apuesta cambiar tu vida? Tras el divorcio de sus padres, Lía se muda a Los Ángeles junto con su madre con la esperanza de comenzar un...