-¿Qué tal, Morgan? Yo soy Brad, seguro te acuerdas de mi porque compartimos clase de literatura juntos.- habló el moreno musculoso de ojos grises.
A decir verdad sabía que iban en mi instituto, más no sabía ni sus nombres ni que fueran conmigo en clases.
-La verdad es que no.
Contesté sinceramente fría. Brad me fulminó con la mirada.
-Tranquila chica, yo soy Nathan.- dijo el alto de cabello castaño ondulado despeinado.- ellos son Tom e Ethan.- señaló a los otros dos chicos, el primero rubio y el otro de cabello castaño colocho.
-Lía, nos preguntábamos, ¿quisieras salir con nosotros?- habló Tom.
Yo sólo hice una mueca de inconformidad. Ni loca iba a salir con estos chicos.
-Vamos, danos una oportunidad. Mira, saldrás con cada uno y te podrás quedar con el que te sientas más cómoda.-
Era incómodo pero algo divertido ver cómo estos chicos se "alquilaban", estaban dementes.
-Si esto es por la maldita apuesta ni lo crean, se pueden ir por donde vinieron.
-Morgan deberías de aceptar nuestra oferta, así te librarías de la apuesta y no cualquiera te invitaría a salir sólo para acostarse contigo y cobrar lo de la apuesta.- dijo Ethan.
Me sentía ofendida.
Lía no dejes que este idiota te amargue el día. Aún más, tu cita con Aaron.
Estaba apunto de contestar cuando Tom me interrumpió.
-¿O acaso crees que ese chico con el que sales en realidad te quiere? Seguro que ya sabe lo de la apuesta y tú no lo sabes.
Hasta aquí. Llegaron a mi límite. Por un lado quería llorar, pero por el lado mayor quería golpearlo, y al parecer mi mano no esperó porque comencé a sentir mi mano algo adormilada, seguido de ver al chico que hablaba hace unos minutos retorciéndose del dolor en la mejilla.
Jo, buena bofetada, Lía.
-Es todo, tú te lo ganaste.
Se arrimaron los demás chicos cuando de pronto Aaron apareció. ¿Pero por qué se había tardado tanto en venir? ¿Estaba mal del estómago o qué?
-Hey Lía, ¿te están molestando?
Aaron se puso adelante de mí en actitud protectora. Lo malo es que ellos eran más y eso no ayudaba.
-Ya vámonos chicos, sólo ten cuidado sobre lo que te dije del chico, Lía.
Tom y Brad me fulminaron con la mirada, mientras Ethan y Nathan me miraban riendo, los cuatro dieron la vuelta y se fueron por la puerta. No había notado cuando los otros dos chicos que habían ido al baño se les unieron, pero uno me llamó la atención, era muy guapo y me quedó viendo con la mirada algo dolida.
Me confundió.
¿Por qué rayos lograba hacer enojar a todos los hombres y a cambio ganarme amenazas?
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Nathan y Tom en multimedia.
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La apuesta que cambió mi vida {I parte}
Teen Fiction¿Qué pasaría si de pronto tu vida cambiara gracias a una apuesta? Esto le pasó a Lia Morgan, pero, ¿Cómo puede una apuesta cambiar tu vida? Tras el divorcio de sus padres, Lía se muda a Los Ángeles junto con su madre con la esperanza de comenzar un...