Capítulo 20. "Chica que siempre se mete en problemas"

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-¿Qué tal, Morgan? Yo soy Brad, seguro te acuerdas de mi porque compartimos clase de literatura juntos.- habló el moreno musculoso de ojos grises.

A decir verdad sabía que iban en mi instituto, más no sabía ni sus nombres ni que fueran conmigo en clases.

-La verdad es que no.

Contesté sinceramente fría. Brad me fulminó con la mirada.

-Tranquila chica, yo soy Nathan.- dijo el alto de cabello castaño ondulado despeinado.- ellos son Tom e Ethan.- señaló a los otros dos chicos, el primero rubio y el otro de cabello castaño colocho.

-Lía, nos preguntábamos, ¿quisieras salir con nosotros?- habló Tom.

Yo sólo hice una mueca de inconformidad. Ni loca iba a salir con estos chicos.

-Vamos, danos una oportunidad. Mira, saldrás con cada uno y te podrás quedar con el que te sientas más cómoda.-

Era incómodo pero algo divertido ver cómo estos chicos se "alquilaban", estaban dementes.

-Si esto es por la maldita apuesta ni lo crean, se pueden ir por donde vinieron.

-Morgan deberías de aceptar nuestra oferta, así te librarías de la apuesta y no cualquiera te invitaría a salir sólo para acostarse contigo y cobrar lo de la apuesta.- dijo Ethan.

Me sentía ofendida.

Lía no dejes que este idiota te amargue el día. Aún más, tu cita con Aaron.

Estaba apunto de contestar cuando Tom me interrumpió.

-¿O acaso crees que ese chico con el que sales en realidad te quiere? Seguro que ya sabe lo de la apuesta y tú no lo sabes.

Hasta aquí. Llegaron a mi límite. Por un lado quería llorar, pero por el lado mayor quería golpearlo, y al parecer mi mano no esperó porque comencé a sentir mi mano algo adormilada, seguido de ver al chico que hablaba hace unos minutos retorciéndose del dolor en la mejilla.

Jo, buena bofetada, Lía.

-Es todo, tú te lo ganaste.

Se arrimaron los demás chicos cuando de pronto Aaron apareció. ¿Pero por qué se había tardado tanto en venir? ¿Estaba mal del estómago o qué?

-Hey Lía, ¿te están molestando?

Aaron se puso adelante de mí en actitud protectora. Lo malo es que ellos eran más y eso no ayudaba.

-Ya vámonos chicos, sólo ten cuidado sobre lo que te dije del chico, Lía.

Tom y Brad me fulminaron con la mirada, mientras Ethan y Nathan me miraban riendo, los cuatro dieron la vuelta y se fueron por la puerta. No había notado cuando los otros dos chicos que habían ido al baño se les unieron, pero uno me llamó la atención, era muy guapo y me quedó viendo con la mirada algo dolida.

Me confundió.

¿Por qué rayos lograba hacer enojar a todos los hombres y a cambio ganarme amenazas?

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Nathan y Tom en multimedia.

La apuesta que cambió mi vida {I parte}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora