¿Qué pasaría si de pronto tu vida cambiara gracias a una apuesta?
Esto le pasó a Lia Morgan, pero, ¿Cómo puede una apuesta cambiar tu vida?
Tras el divorcio de sus padres, Lía se muda a Los Ángeles junto con su madre con la esperanza de comenzar un...
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Mi nombre es Lía Morgan, tengo 17 años y ahora vivo en Los Ángeles. Soy alta, de complexión delgada, tengo el cabello largo, ondulado y rubio y mis ojos son verdes. Antes vivía en Dallas, pero mis padres se divorciaron, desde entonces mi padre se quedó con mi hermana mayor, Danna, y mi madre se quedó con mi custodia. Mi madre y yo nos mudamos a esta ciudad para comenzar de nuevo con nuestras vidas aunque suelo extrañar a menudo a mi padre y mi hermana, más a ella porque éramos muy unidas. El pacto quedó en que ella vendría a pasar las vacaciones de verano con mi madre y yo me iría con mi padre a convivir.
-Lía, ¿Podrías apurarte? Se te hace tarde en tu primer día de clases.
Primer día de clases en una nueva escuela. Estaría emocionada si no fuera porque sólo es primer día de clases para mi; así es, ya estamos a la mitad del semestre y gracias a la belleza de mi madre me aceptaron.
Como es primer día de clases la primera impresión es lo que cuenta más, así que decidí ponerme un short color café claro de encaje, con una blusa blanca básica y encima un saco juvenil color melón; de zapatos unos wedges shoes y como accesorios llevo una bolsa Michael Kors a juego y una diadema del color de mi saco, lo que ayuda a que mi cabello luzca mejor suelto.
Luego de desayunar, tomamos un taxi hacia el instituto con mi madre. Por fortuna no había tráfico y como ella insistió en comprar una casa cerca de mi nueva escuela llegamos en unos minutos.
-Bienvenida, tu debes de ser Lía Morgan- dijo el director cuando llegamos a su oficina.
-Muchas gracias por aceptar a mi hija, director Jovías.- agradeció mi madre. Me sorprendía que se supiera su nombre si en su placa de director nada más decía "Director Robbinson". Mejor ni preguntaba.
-Es un placer con esa madre tan bella.- dijo el director y le dio una sonrisa coqueta a mi madre. Qué asco. Se conocían de antes. Luego vio mi cara aterrorizada y me dijo -aquí está tu horario de clases, tu primera clase es química orgánica. Puedes irte.
Yo seguía con mi cara de asco en lo que escuché hablar a mi madre:
-Lía, deberías ir a clase en lo que hablo con el director para agradecerle lo que ha hecho.- sonrió. Sabía que se refería a que le agradecería con ese escote que se había puesto. No me sorprendía por qué mi padre se querría divorciar de ella, aunque igualmente no era así antes, se volvió de esa manera en cuanto se divorció, realmente le afecto todo y lo comprendía.
-Creo que será lo mejor.- exclamé tratando de sonreír y quitar mi cara de asco. Un claro intento fallido.
Se paró el director para abrirme la puerta y justamente iba pasando una chica de mi estatura, algo morena, de ojos verdes y cabello colocho castaño, muy bella.
-Perfecto. ¡Jenna, ¿Podrías venir un momento porfavor?- le dijo.
-¿En qué le puedo ayudar, director Robbinson?
-Jenna, ella es Lía, es nuestra nueva estudiante, ¿podrías hacer el favor de acompañarla a su clase y luego mostrarle la escuela en lo que hablo con su madre?
Hablar, sí ,claro.
-Claro, con mucho gusto, vamos Lía.- respondió muy alegremente.
Salimos de la dirección rumbo a un pasillo extenso con diversas casillas. La escuela era tan bonita por dentro como lo era por fuera.
Cuando salimos Jenna enrolló su brazo en el mío como suelen hacerlo las mejores amigas, aunque apenas nos conocemos. Creo que me caerá bien.
-¿Te parece que dejemos la excursión por el instituto al rato? Llegamos tarde a clases.
-Si, no te preocupes, puedo esperar.
-Me caerás bien Lía.- sonrió.
Llegamos al salón y en cuanto entramos, todos voltearon a ver, ¿Acaso tenía algo en mi cara? Ah no, esperen, soy la nueva. ¿Eso es de importancia?
-Señor Black, ella es la nueva estudiante Lía Morgan.- anunció Jenna.
-Bienvenida señorita Morgan, ¿Qué tal si se presenta ante la clase?
Después de dar un pequeño resumen sobre mí, (emitiendo el divorcio de mis padres, claro) me senté en la silla vacía junto a la de Jenna. Estaba prestando atención a la clase cuando sentí en mis manos que cayó algo, era una bola de papel. Y tenía escrito algo.
"Al fin llega una chica sexy, vaya que ésta escuela se está poniendo buena. ¿Te veo en el desayuno guapa? ;)"
Volteé en la dirección donde habían lanzado la bola y me topé con un chico muy apuesto, rubio, de ojos grises y sonrisa muy bella. Al verme me guiñó un ojo y se mordió los labios. Me sonrojé y me di la vuelta. Jenna que lo veía todo me susurró en el oído para que el profesor no lo escuchara.
-Ten cuidado, es Richard Avery, el galán de la escuela. No te metas con él. Tiene fama de revolcarse con todas.
¡Genial! ¡Primer día de clases y ya me enrollé con un chico!
