Emily, una joven alegre, curiosa y extrovertida.
Tyler, un chico timido, con una forma de ser bastante misteriosa.
Ella no se dará por vencida hasta saber el secreto que provoca que el chico sea de esa forma. Y de paso, intentará hacer cambiar esa...
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Tyler disminuye la velocidad y comienza a buscar un lugar vacío para aparcar su moto. Cuando encuentra uno apropiado y no tan lejos de la feria la deja y bajamos. Aliso mi vestido floreado, que combina perfecto con las flores de la hermosa primavera, misma que me permite usar este tipo de ropa a estas horas de la noche.
Me quito el casco y apenas hago esto, logro oír a lo lejos música y visualizo unas luces de nuestro futuro destino. Esto quiere decir que estamos cerca.
Me acerco a Tyler quien me esperaba en la acera observando con una media sonrisa cada uno de mis movimientos.
Caminamos más menos dos cuadras hasta que vimos la entrada del parque. Apenas ingresamos, un gran y espeluznante cartel nos recepcionaba e indicaba hacia qué lado estaba la feria. Caminamos lo suficientemente cerca como para que nuestras manos se rozaran un par de veces.
—Wow —logro decir al ver lo grande que está la feria. Generalmente las anteriores que se habían hecho nunca habían sido de este tamaño. Me siento más pequeña de lo que soy al ver a toda la gente y a las gigantes atracciones.
—¿Preparada para una noche increíble? —me anima Tyler a ingresar.
—¡Vamos! —Digo emocionada. Lo tomo de la mano y lo arrastro hasta el interior de la feria, tal cual como una niña pequeña lleva a sus padres hacia un juguete que quiere que le compren. El chico solo ríe y se deja llevar.
Decidimos ir primero a la casa del terror, la cual no dio tanto "terror" como debería. Luego nos subimos a una montaña rusa que, irónicamente me asustó más que la casa.
—¿Podemos ir por algo de comer? —Cuestiono recordado que no comí nada antes de venir.
—Claro, por ahí están los locales de comida. Vamos. —Revisamos todos hasta que nos decidimos por lo típico—. ¿Banderillas? —Asiento y nos acercamos a dicho puesto.
Una vez que terminamos nuestra comida y notamos que se estaba oscureciendo bastante, nos decidimos por subirnos a las últimas atracciones.
—¿Canastas o Pinball?
—¡Canastas! —No sé si mi emoción se debe a la felicidad de venir a la feria o por estar con Tyler. Creo que es por ambas.
Íbamos caminando tranquilos cuando un tipo con una capucha azul se para frente a nosotros impidiendo nuestro paso.
—Emm... Permiso —digo para que se corra, pero este no lo hace. Hacemos un ademán en seguir nuestro camino y rodearlo, pero este saca una navaja.
Veo como el filo de esta brilla segundos antes de atacarme. Lo único que logro hacer en ese pequeñísimo lapso de segundos es cerrar los ojos para recibir la apuñalada. Pero esta nunca llega.
Vuelvo a abrir los ojos y noto como Tyler había tomado el brazo del hombre encapuchado. Me empuja hacia un lado y golpea la axila del hombre para que suelte el cuchillo y una vez que cae al suelo, la patea lejos.