Emily, una joven alegre, curiosa y extrovertida.
Tyler, un chico timido, con una forma de ser bastante misteriosa.
Ella no se dará por vencida hasta saber el secreto que provoca que el chico sea de esa forma. Y de paso, intentará hacer cambiar esa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La semana acababa, y las insistencias de Tyler también. Por fin se ha rendido. Lástima que Mathias no.
—Lo fui a ver —Comienza mi mejor amigo—. Tenia cosas rotas por todas partes, las paredes con agujeros y sangre, y que hablar de su demacrado aspecto y puños sangrados.
—No me importa —cubro mis oídos con ambas manos— No quiero saber nada de él, no me importa.
—Emily, no engañas a nadie. El hecho de que no quieras escuchar no es porque no te importe, todo lo contrario, no quieres escuchar como sufre.
—¿Enserio me llamaste solo para hablar de Tyler? Me voy —digo poniéndome de pie y comienzo a caminar hacia la puerta.
—Emily —me detiene y yo solo volteo la cabeza— ¿Segura que estás bien?
—Nunca dije que lo estaba —digo para finalmente salir de la habitación
Decido salir a caminar para despejar mi mente, pero lo único que logro es imaginar a Tyler como dijo Mathias. Doy un largo respiro y me siento en una banca cercana.
No puedo creer que lo apoye a él antes que a mí, que soy su mejor amiga. ¿Será que él sabía todo desde antes? No, no quiero pensar que ambos me ocultaron todo.
Ya ni sé que duele más. El hecho de que Tyler sea el mismo tipo de mounstro que el hombre que asesinó a mi hermano, el que me haya mentido y ocultado una parte de su vida, o solamente es cosa de orgullo.
Después de todo, él no es malo. Si lo fuese, no me hubiera ayudado a escapar del hombre que me daño, ni tampoco hubiera intentado arreglar las cosas, ni mucho menos hacerme sentir amor hacia el... A menos que haya sido todo un plan para caer en sus trucos y usar el como la siguiente carnada.
No.
Me quedo por unos largos minutos pensando, hasta que me decido.
Si quieres, ven al parque. Te espero para escuchar todo lo que tengas que decir.
Voy enseguida. —Me responde Tyler en un santiamén.
Mis nervios crecen y camino lo que me queda para llegar al parque.
Miro para todas partes buscando al chico, hasta que mi corazón se paraliza al verlo.
Tenía el cabello hacia todas direcciones, su barba se notaba como de días y tenía unas enormes bolsas y oscuras ojeras bajo sus ojos, que no le daban un buen aspecto. Estaba tal cual como dijo Mathias. Destrozado.
Cuando me ve a distancia, apura el paso y puedo notar como sus ojos comenzaban a humedecerse, al igual que los míos. Hace casi una semana que no nos vemos ni hablamos. Se siente como si hubieran sido años. Lo extraño, pero debo controlarme.
—Si me ayudaste y luego intentaste hablar, fue por algo. Te escucho —digo seca apenas llegó a mi lado. Evito mirarlo, ya que sé que estallaré a llanto a más no poder. Lo quiero mucho y me apena verlo de esa manera.