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"Algo de lo que dice el mundo es tan común para mí", esto pensaba Hyuna, quien colocó una mano sobre la cornisa de la ventana y se inclinó hacia adelante para poder observar la calle.

Era una chica pelirroja, muy hermosa. Su cuerpo envidiaba líneas casi perfectas, su piel era morena clara y de unos ojos que reflejaban una mezcla entre fortaleza, ternura y dolor.

Lamentablemente, la gente la tachaba de maneras negativas.

Esa mañana buscaba algo diferente en su vida, todo era demasiado común. Sin ningún ánimo en su rostro, se puso el abrigo y salió de su departamento hacia la fría mañana. Entró a su coche y manejo. No tenía pensado ir a un lugar en específico, solo miraba de un lado a otro, esperando encontrar un local que atrajera su atención. Finalmente se detuvo. Se quedó un momento en el auto, pensativa. No había ningún lugar que fuera lo suficientemente atractivo para ella. Salió del auto con molestia. Se recargo en la puerta con la cabeza abajo, al levantarla se encontró con una tienda frente a ella. Aprecio el anuncio de Neón en donde grababa la leyenda: "Everybody say fresh". Entro esperando encontrar algo de beber, pues esa idea le daba el nombre del local, pero sucedió que era un sitio muy extraño. Había cientos de camaleones por toda la tienda, que parecían observar su andar; peceras vacías, percheros, un sillón frente a las peceras; y mucha suciedad. Un hombre barbudo se encontraba tras el mostrador. Hyuna se acercó a mirar lo que contenía su vitrina: llaves oxidadas y tequileros vacíos.

—Buenos días—logró articular Hyuna.

—Muy buenos sean—contestó el hombre—, ¿desea comprar algo?—Hyuna frunció el ceño ante la pregunta, volvió a mirar a su alrededor con incomodidad, se preguntaba si el hombre habla en serio. Mientras Hyuna observaba y casi tenía la disposición de salir de ahí corriendo, recordó que buscaba algo distinto en su vida y que tal vez aquel local era exactamente lo que buscaba. Entonces su vista se detuvo ante uno de los percheros del cual colgaba una tarjeta roja con un corazón estampado en medio. Hyuna, se acercó y tomó la tarjeta entre sus dedos, estaba confundida, no tenía ni idea de lo que era. El hombre parecía haber notado su desconcierto.

—Es un aromatizante para autos —dijo el hombre. Hyuna se volvió hacia él. "¿Un aromatizante para autos?" se preguntó para sí misma, luego miró la tarjeta otra vez, lo llevó hasta su nariz para oler.

—No tiene olor—dijo Hyuna hacia el hombre.

—Sí, lo tiene—afirmó.

—¿Qué olor tiene?

—Solo funciona si lo pone en el coche —por un segundo Hyuna pensó que el hombre le estaba 'tomando el pelo', y que lo único que deseaba era que le comprara algo.

—¿Por qué tiene la forma de un corazón?

—Indica el aroma —elevó una ceja.

—¿El...aroma?

El hombre volteó los ojos.

—Si no quieres comprar nada pues...

—Está bien —interrumpió Hyuna, agarro la tarjeta y la puso sobre el mostrador—. ¿Cuánto?

—Treinta y seis —Hyuna abrió la cartera y sacó los billetes para después depositar la cantidad exacta sobre el mostrador—tomó la tarjeta con desgano y se aproximó a la salida.

—Vuelva pronto —le dijo el hombre antes de que Hyuna cruzara la puerta.

Hyuna subió a su auto, lanzó la tarjeta al asiento del copiloto. Tenía la autoestima tan inexpresiva como cuando salió de su departamento. Ahora volvería, se daría una ducha y continuaría con su vida aburrida, "bueno, al menos hoy tuve una impresión diferente" se dijo en la mente, iba a colocarse el cinturón de seguridad cuando su vista se posó otra vez sobre la tarjeta. Extendió el brazo para alcanzarla, la miró con curiosidad, estiró el cordón con dos dedos, luego se encogió de hombros y la colocó sobre el espejo retrovisor.

Freshener 💟- Hyuna&Dawn❤️-TRIPLE H (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora