Capítulo 2: Fate wants what it wants.

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~Matthew~

Me despierto al escuchar la puerta de mi habitación abrirse lentamente y me lanzo al ataque de quien entra, colocando la estaca que lleva en la mano justo encima de su corazón. Al darme cuenta de que se trata de Francis, ruedo los ojos con hastío.

– Muy bien, mi señor. Pero no debilite su agarre... —El vampiro me da la vuelta, colocándose encima mío— Hasta que no haya matado al enemigo.

Abro los ojos de par en par, despertando en un segundo. La torre de dos metros me aprieta contra el colchón y nuestros ojos están tan cerca que el brillo de los ojos azules de mi guardaespaldas me ciegan casi por completo. Un carraspeo me sorprende, por lo que empujo al vampiro con todas mis fuerzas, impactándolo contra el techo.

– ¡Francis! —Grito, al verlo caer de bruces al suelo— ¿¡Estás bien!?

– Sí, mi señor. Ese ataque ha sido rápido, eficaz e inesperado. Muy buen trabajo.

Al ver a Thomas, mi guardaespaldas le hace una reverencia y sale de mi habitación, permitiéndonos hablar en privado. Al levantarme, mi padre se ríe a carcajadas y, aunque no comprendo por qué, ya que siempre duermo en ropa interior y no es la primera vez que me ve, decido ignorarlo para ir al armario a buscar algo que ponerme.

– Francis parece simpático. —Dice, dándome la pista que necesito para entender su extraño comportamiento.

– No sé qué tan simpático es atacarme con una estaca recién levantado, pero lo que sea que te estés imaginando en esa cabeza hueca tuya, ya puedes ir borrándolo. Apenas hace un mes desde mi ruptura con Jason y no estoy listo para estar con nadie. Y, en cualquier caso, Francis no sería un potencial pretendiente.

– Y, aun así, lo encuentro encima tuyo a centímetros de tu boca...

– ¡Thomas, calla! —Exclamo, avergonzado— ¿Qué haces en mi habitación, de todos modos?

– Como sé que tu vida aquí no está siendo tan entretenida como en el Mercy Grace, he decidido prepararte una sorpresa que sé que te gustará.

– ¿Puedo volver al instituto con los chicos?

– No, no es eso... —Responde, entristeciéndome— Aunque nadie te prohíbe ir a verlos. Son unas dos horas en coche, hora y media si vas a pie, corriendo a tu máxima velocidad. Lo que he preparado es un viaje de vacaciones de verano. Tú decides dónde vas y cuándo vuelves y yo te voy dando los recursos suficientes para tu estancia. ¿A dónde te gustaría ir?

– No lo sé y tampoco entiendo de qué me servirán estas vacaciones... No es como si fuera a estar con JJ y los chicos.

– Eso no lo sabes. ¿Y si el Destino os une de nuevo?

– ¿Tras separarnos cruelmente por algo que ni siquiera tú querías? El Destino quiere lo que quiere, pero a mí me la puede...

– Matty. —Me recrimina el vampiro, cruzándose de brazos— Sígueme la corriente por un segundo y dime dónde quieres ir.

– Que lo decida el Destino.

Me acerco a un globo terráqueo que decora mi habitación y tomo una daga decorativa. Hago girar el globo con gran velocidad, clavando con rabia la daga que obliga al objeto a dejar de dar vueltas.

– Hawaii. —Musito, en shock, creyendo que el Destino me está hablando alto y claro.

– Qué raro, por alguna extraña razón, me suena haber escuchado antes algo sobre ese lugar...

– El abuelo de Jason vive allí. —Afirmo, dejando a Thomas boquiabierto.

– Será raro que una persona vaya a un destino como ese y no vuelva bronceado, pero si quieres ir...

La Luz en la Oscuridad [Remastered]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora