La Luz en la Oscuridad [Remastered]

Capítulo 37: Final battle (II).

~Matthew~

Combatir en un espacio tan reducido está siendo más sencillo de lo que esperaba. Quizás se deba a la práctica que tenemos de viejas experiencias o, quizás, se deba a lo unidos que estamos a pesar de las nuevas adquisiciones y los sentimientos que puedan haber entre nosotros.

Allyssa y Mark parecen uno, Jack y Zack parecen haber dejado su arrepentimiento y odio respectivos atrás. Incluso Katherine parece haber dejado de lado su deseo de cazar a su exmarido con tal de protegerlo.

Pero no todo pueden ser buenas noticias porque, si algo nos enseña el pasado, es que en estas malditas peleas siempre perdemos a alguien. Y, esta vez, al igual que aquel fatídico día de abril, Chloe parece ser la elegida.

– ¡Brady!

– ¡Chloe, no! ¡Otra vez no!

Chloe es arrastrada por uno de nuestros enemigos, que parece lo suficientemente fuerte como para correr mientras sujeta a la rubia con una sola mano. Brady corre detrás, adentrándose a la maleza.

Las palabras de Kat resuenan en mi mente: «¡No nos queda otra que luchar! ¡Es eso o arriesgarnos a deambular por el bosque y caer en sus trampas!».

Así pues, salgo corriendo detrás de Brady, con la intención de ayudarlo a salvar a su novia, al mismo tiempo que lo protejo de cualquier trampa que pueda haber por el camino.

– ¡Matty! —Grita Jason, con gran terror, a pesar de que decido seguir corriendo.

Veo a Brady correr sin mirar por donde va. Sus ojos están fijos en la muchacha que está siendo arrastrada no muy lejos, la cual intenta forcejear contra su raptor para poder escapar. Me percato de una trampa que mi amigo parece no ver, así que corro a velocidad sobrenatural para empujarlo a un lado.

– ¡Joder! —Grito, al sentir como la trampa para osos se cierra en una de mis piernas, casi arrancándomela por completo.

– ¡Matty! —Grita Brady, al darse cuenta de lo que he hecho.

– ¡Ve! ¡Atrápala! ¡Pero mira por dónde vas! ¡Yo iré detrás!

El muchacho me hace caso y yo consigo abrir la trampa con mis manos, aprovechando la fuerza que me otorga la noche. A pesar de que mi herida está curándose lentamente, no puedo evitar cojear. Al parecer, las trampas parecen llevar una sustancia que me quema, por lo que mi curación no funciona con su máxima efectividad.

Incapaz de correr, solo deseo que Brady sea capaz de defenderse del Alfa lo suficiente como para permitirme llegar a tiempo. Aunque, a este ritmo, puede que necesite diez o quince minutos si tienen pensado alejarse mucho más.

Mi vista comienza a nublarse por el dolor, pero la voz de Jason que resuena en mi interior me ayuda a enfocarme en mi objetivo. Tengo que llegar hasta Brady y Chloe. Tengo que salvarlos.

Los gritos de Chloe y Brady llaman mi atención. Aunque no los oigo con claridad por la amortiguación que causa el sonido de unas cascadas, puedo deducir que se encuentran en esa zona. Así pues, decido seguir el sonido del agua hasta llegar, efectivamente, a mis amigos.

El cuello de Chloe está teñido de rojo por lo hundidas que están las garras del Alfa. Brady tiene sujeta sus espadas con fuerza, apuntando con la hoja hacia su enemigo, dispuesto a atacarle. Al verme, Chloe grita mi nombre, haciendo que el hombre lobo y el humano me miren.

– Ten cuidado, Brady. Si le hace un rasguño lo suficientemente profundo para herirla de gravedad y no matarla, podría convertirla en mujer lobo.

– O también podría morderla. O bañarnos en esta agua tan cristalina.

– Eso último no está demostrado. —Responde el fanático de lo sobrenatural, sorprendiendo al Alfa— Y no te preocupes, Matty, que ya he pensado en ello.