Capítulo 38: Final battle (III).

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~Jason~

Corro por el lugar por el que han ido Brady y Matthew, seguido por mis amigos. Jack carga con Katherine, mientras que Jerome parece haber recogido a Aaron del suelo, quien todavía está muy fatigado por la herida casi mortal que ha sufrido.

En el camino, me percato de una trampa de oso ensangrentada. No me hace falta acercarme para oler el rastro de Matthew, lo cual empalidece mi rostro. Y no soy el único, pues Francis también parece afectado. Quizás por sus sentimientos por el vampiro, quizás por haberle fallado como guardaespaldas.

– Eso es...

– ¡Matty! —Gritamos los dos, haciendo que Isabella y Jerome miren a su amigo, sorprendidos.

Tanto nuestro gigante como yo echamos a correr en la dirección en la que ha caído la sangre de Matthew y llegamos a lo que parecen ser unas cascadas. Temiendo lo peor, lo llamo por su nombre una y otra vez, hasta que escucho la voz de Chloe.

– ¡Estamos aquí! —Grita, desde un lado de la cascada.

– ¡Matty! Hemos visto la trampa! ¡Tu sangre y...! —Corro para estrecharlo entre mis brazos, percatándome de Brady, quien tiene los ojos cerrados— ¡¡No! ¡Brady! ¿¡Está...!?

– Desmayado. El muy estúpido ha perdido sangre al ser cortado por su espada y no lo ha dicho. Así que ha perdido el conocimiento.

– Aaron también ha sido malherido. —Comenta Jerome, dejando al anciano al lado de la rubia— Y Katherine tampoco tiene buena pinta, aunque su herida está curada.

– E-es posible que ese hombre lobo tuviera... Veneno en sus uñas.

– ¿Están todos...?

– No. —Responde Chris, cabizbajo— Todavía quedan Sofía, Lydia, un Alfa, un Beta, James, el gigante que retiene a Sharon y Walker.

– Bueno, nos quedan la mitad. —Digo, levantándome del suelo— Estoy bien. La herida ya ha curado, al fin... Aunque no os recomiendo caer en una de esas trampas, duele como el demonio...

Todos comienzan a reír y, aunque quiero darles una colleja a cada uno, debo admitir que verlo bromear sobre el asunto me ha aliviado el miedo por unos segundos. Me acerco a Katherine y le pido permiso para usar mis poderes de Sanador, eliminando el posible veneno que está corriendo por sus venas en estos momentos. A pesar de hacerlo, su estado no mejora al instante.

– Vas a tener que descansar, Katherine. Tu cuerpo está muy resentido.

– P-pero todavía...

– Nosotros nos encargaremos, no te preocupes. —Dice Jack, con una sonrisa torcida— Max, Kate, quedaos con vuestro padre.

– No me lo digas dos veces... Está claro que no voy a poder hacer nada con los enemigos que nos quedan... Prefiero cuidar de papá. —Dice el joven hombre lobo, realmente afectado.

– Nos han podido herir a cualquiera, Max. —Dice, para mi sorpresa, Kat— Mira, por ejemplo Katherine, es toda una Cazadora profesional y muy fuerte... Y ha caído también. No creas que eres débil. Si lo fueras, habrías muerto.

– Wow, gracias. El final ha sido... Pero agradezco la idea.

– La mujer refunfuña, alejándose del resto. Jack camina hacia ella y se sienta a su lado aunque la muchacha no parece estar muy receptiva. A pesar de ello, ni lo ataca ni le grita. Simplemente deja que esté ahí y le cuente lo que sea que le está contando. Algo que me demuestra que a Kat también le gusta Jack.

– Es un poco raro ver a mi exmarido con otra Kat, pero me alegro de que... Se hayan encontrado. Son igual de tercos, estúpidos y engreídos...

– No te olvides de su irascibilidad. —Comenta Zack, haciéndonos reír.

La Luz en la Oscuridad [Remastered]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora