Capítulo 32: Kiss me, love me.

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~Jason~

No puedo dormir. La escena de ese tal James matando a su compañera ha ocupado toda mi mente. Y, apenas cuando consigo deshacerme de ese recuerdo por unos segundos y cierro los ojos, sufro otra de esas visiones de Sanador que adquirí cuando Mike me convirtió en hombre lobo.

Esta vez es bastante clara: la manada de Alfas están en lo alto de un monte, imponentes, mientras que mis amigos están muertos por todas partes. Zack me observa a pocos pasos, desapareciendo cuando la garra del tal Walker traspasa su cuerpo espectral.

Vale, eso último es igual de críptico que mis anteriores visiones, pero no todo puede ser tan claro como que Walker y compañía son unos rivales muy poderosos y que más de uno caerá en esta pelea. Aunque haré lo que haga falta para evitarlo, incluso si tengo que sacrificarme yo en su lugar.

El sonido de la puerta del hotel abrirse llama mi atención y miro el reloj de encima de la mesita para percatarme de que son las seis y veinte de la mañana. Brady entra lo más silenciosamente posible, pero en su estado de embriaguez, cualquier objeto de la habitación se vuelve un obstáculo infranqueable que indica su llegada.

Así pues, me levanto de la cama, sorprendiéndolo y lo ayudo a ir al baño para que se dé una ducha de agua fría.

– ¿Qué tal la fiesta? —Pregunto, mientras lo siento en la bañera.

– La he cagado, JJ. —Me confiesa, rompiendo a llorar— Me he acostado con Sofía.

– ¿¡Qué!? —Grito lo más bajo que puedo para no despertar ni a Mark ni a Chloe— ¿¡Qué coño ha pasado!?

– Se puso una peluca y se hizo pasar por una invitada. Me emborrachó y me llevó a una habitación... Tienen a Sharon, JJ. Sofía y Zack son parte de la manada.

– Lo sabemos. Walker también nos dijo que usaron a Sharon para que les contara todo lo que sabía sobre nosotros. Después mataron a una de los suyos por pedirme que dejara de hacerle daño...

– Oh, tío... Lo siento. De veras. Pero no te culpes, no pudiste hacer nada para evitarlo y, mira, si se matan entre ellos, mejor.

– Ahora entiendo por qué Alice solía pasarlo tan mal. Cuando pasó lo de Pickton...

– Ya, yo también recordé a Alice anoche... Sofía se pidió lo mismo que solía pedirse ella, aunque ahora sospecho que lo hizo a propósito.

– ¿Por qué lo has...?

– Porque parte de mí siempre ha querido hacerlo y ella ha sabido usarlo a su favor. A pesar de haber perdonado a Chloe, no dejo de ser el cornudo al que le fueron infiel dos veces y, aun así, terminó perdonando la infidelidad. Así que Sofía usó ese dolor y ese deseo de ser infiel por una vez para terminar acostándose conmigo. Claro que el alcohol y el tener una palanca ahí abajo que se activa al mínimo toque no ayudaron mucho a mantener mi cordura.

– ¿Te arrepientes?

– Completamente. Es por eso que se lo contaré a Chloe en cuanto despierte.

Una vez más despejado, llevo a Brady a la cama y lo dejo dormir plácidamente. Algo que yo ya no voy a poder hacer. Así pues, decido bajar a la playa para hacer lo único que puede despejar mi mente en este momento. A pesar de lo temprano que es, sé que la tienda de alquiler de tablas está abierta, por lo que me dirijo allí para surcar algunas olas.

Como si las olas del océano removieran mi interior, el recuerdo de Zack resurge para llevarse a Marie y Walker a lo más profundo de mi memoria. Y, con ello, las palabras de Brady resuenan en mis oídos: «Sofía y Zack son parte de la manada.»

La Luz en la Oscuridad [Remastered]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora