Tres

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—Espero una explicación. ¡Ahora!

Lo último que Jimin esperaba era que su padre estuviera dispuesto a dialogar. Pero allí estaban los tres, en la cabaña del alfa más viejo.

—Jungkook es mi compañero. Y no aceptaré a nadie más que a él.

—¡Que tonterías dices! ¡Tu compromiso con el Alfa Namjoon es un hecho! Este enlace no solo traería paz a la aldea, también uniría a ambas manadas. ¿Pensaste en las consecuencias?

Jungkook se interpuso en el camino del Alfa cuando éste avanzó con furia hacia su omega, porque eso era Jimin para él, el omega al que debía proteger.

—Te aseguro que un enlace no resolverá los problemas de la manada.

—¿Quieres darme consejos acerca de cómo liderar MI manada, cachorro?

—No precisamente, pero está vez te estás equivocando.

Jungkook no se atrevería a hablarle así a su padre, poniendo en duda su capacidad de liderazgo, podría interpretarse como un desafío...

—Siempre has sido un lobo impertinente. —Jimin se sorprendió cuando la expresión del Alfa mayor se suavizó.—De no ser por aquella desgracia seguirías siendo el mejor centinela de la manada.

—Estoy dispuesto a probarte mi inocencia.

—Contrario a lo que crees, Jungkook. Estoy casi convencido de que eres inocente, pero las pruebas te apuntan como culpable y la manada exigió tu castigo. No puedo ir en contra de los deseos de mi gente y de su bienestar.

Jimin se sintió aliviado al comprobar que sus sospechas eran ciertas. Su padre estaba del lado de Jungkook.

—Ahora has tomado a mi hijo como tú compañero,demostrando nuevamente tu inestabilidad. Jimin va a emparejarse con el Alfa Namjoon. La marca que le has hecho no es permanente, vuelve a tu exilio y te perdonare la vida.

—No lo haré.—Jungkook sonrió, pero fue más una mueca de satisfacción.—Jimin es mi pareja destinada. Y no hay nada que puedas hacer al respecto.

—¡Eso es mentira!—Gruñó su padre.

—¿Estoy mintiendo, Minnie?—Jimin se sorprendió por el termino cariñoso, pero lo oculto.

Sus miradas se cruzaron, ese Alfa pelinegro que lo marcó como un bruto en medio del bosque, que amenazaba con hacerle daño y lo trataba con tanto desdén; le estaba dando una última oportunidad de escape.

Jungkook no era tan malvado como quería hacerle creer. Simplemente estaba herido y se protegía.

—Jungkook es mi pareja destinada, papá. —No había nada que pensar.—Y sabes que nuestro lazo está unido por el alma, no se puede romper.

—¡Pequeño demonio! ¿Pretenden que me crea semejante mentira?

—Llama a una hechicera si quieres.—Lo retó Jungkook.—Ese omega es mío. Y lucharé con quien sea para mantenerlo, incluso contigo.

—¿Acaso el exilio te fundió el cerebro? ¿Como te atreves a desafiarme?

—Permíteme tomar a tu hijo como mi alma gemela y volver a la aldea. —Jungkook bajo la cabeza en sumisión.—Te demostraré que puedo ser confiable y de valor.

—¿Crees que es tan fácil? Nadie te quiere aquí, Jungkook. La pérdida de los cachorros pesa sobre tus hombros. Además tendrás que enfrentarte al Alfa Namjoon.

—No representa obstáculo para mí.

—Yo no me apresuraría si fuera tu. Si pierdes la pelea, y en caso de que sobrevivas, volverás a tu exilio y tú Jimin, te unirás con el alfa Namjoon, destinados o no.

Jungkook no tenía miedo de un par de colmillazos, no era un alfa cobarde, y nunca había perdido una pelea. Está vez no sería la excepción.

Minutos después, entre el límite de la aldea y el bosque, Jimin lo contemplaba con los ojitos asustados.

—¿Por que te arriesgaste tanto al proponerle a mi padre que llamara a una hechicera, si sabes que no estamos destinados?

Jungkook acunó el rostro de su omega entre sus manos y lo miro a los ojos.

—¿Y a ti quién te dijo que mentí?

Un Alfa para mis días de celo||•Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora