Veinte

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El capítulo es cortito pero es que los trabajos de la Uni no me dejan mucho tiempo. Pronto les traeré una maratón en recompensa por la espera. ❤️

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Oculto entre las sombras, un enorme y viejo Alfa marrón de ojos amarillos, vigilaba a su presa a través de las ventanas de la cabaña.

Escuchó a Jungkook ordenarle al omega que se escondiera y lo vio salir para inspeccionar su territorio. El muchacho que veía ante sus ojos, era todo un macho alfa, alto y desafiante. Y para su conveniencia, acababa de emparejarse con el único hijo del líder de la aldea. Era como si Hasang hubiese planeado todo. Le hubiera encantado llevarse semejante crédito, pero esta vez, agradecería a la luna por haber puesto todo a su favor.

Jungkook se transformó a su forma lobuna, un gran lobo de pelaje marrón, y rodeó la cabaña, siguiendo las pisadas y su aroma. Pero el lobo viejo era más sabio y cauteloso, se había escondido entre los árboles del bosque y camufló su aroma de tal manera que no lo encontraría. Agazapado entre las sombras se dedicó solamente a observar.

Era una suerte que la cabaña estuviera alejada de la aldea, de lo contrario, no hubiera podido acercarse tanto sin ser descubierto.

Luego de un rato, al no encontrar la amenaza, Jungkook volvió a su forma humana. Podía notar su espalda tensa y sus músculos vibrando. Sabía que el peligro lo acechaba, pero no lo podía ver y eso le molestaba. Tenía mucho que proteger estando su omega en casa. Y por el olor del celo que seguía en el aire, Hasang albergaba la sospecha de que, tal vez, vinieran cachorros en camino. De ser cierto, podría usar eso como un arma para controlar a Jungkook en el futuro.

Cuando Jungkook entró a la cabaña nuevamente, Hasang tuvo una perfecta vista de la pareja a través de la ventana, estaban discutiendo en voz baja. Agudizó los oídos y escucho los murmullos del omega, tenía un timbre de voz agudo, pero soportable. Hasang recordaba a Jimin, un cachorro pequeño y llorón pero que siempre fue hermoso. El Omega era una belleza ahora, un tesoro que cualquiera estaría dispuesto a robar.

—¿Deberíamos alertar a mi padre?

—No, todo está bien.—La voz del alfa era firme y calmada, derrochaba seguridad. Todo para mantener tranquilo al omega. —Ve a descansar, ya es tarde.

—¿Vendrás a la cama conmigo?—La invitación sonó tímida, pero tentadora.

—Si, en un rato.

El alfa salió nuevamente para otra inspección. A pesar de no ver el peligro, Jungkook confiaba en sus demás instintos y estos le decían que algo rondaba amenazando su territorio. Esta vez sus ojos se enfocaron en la oscuridad, sus orejas y hocico levantado, captando hasta la mínima vibración o rastro de olor en el aire. Plantado sobre sus cuatro patas en actitud desafiante, Jungkook era un macho al que temer. Uno que te mataría sin contemplación si su hogar se veía amenazado. O que se sometería para salvar aquellos a quienes ama.

Con una lenta y malévola sonrisa, el lobo viejo se escabulló entre las sombras. Aguardaría, con ansias, el momento preciso para poner en marcha su plan.

Un Alfa para mis días de celo||•Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora