Jeon Hasang ❤️

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Un pequeño cachorro fue encontrado abandonado en el bosque. El antiguo líder Park lo acogió en la manada y lo dejó al cuidado de los Jeon, una pareja que no había podido tener cachorros. El pequeño fue una bendición para ellos. Lo nombraron Hasang. Creció como un bello cachorro energético y curioso.

Pronto se hizo amigo del hijo del jefe Park. Ambos cachorros se presentaron como alfas, así que tomaban clases de rastreo, lucha y eran los mejores amigos. Al pequeño Hasang le favorecía ser amigo de Park, recibía todo el entrenamiento que el futuro líder debía tener. Pronto se hizo evidente que Hasang era más habilidoso que Park. El pequeño alfa era fuerte, astuto y vencía a todo aquel que lo retaba.

—¡Ese cachorro será un gran alfa!—Dijo una vez el antiguo líder Park.—Tienes toda la madera de líder.

El pequeño cachorro sonrió, feliz.

—¿Significa eso que podré ser el líder algún día, papá?

Si, papá. Porque para Hasang el líder Park era como su padre, su modelo a seguir. No como el alfa Jeon, un macho débil y sin carácter al que nunca quiso como padre. Alguien tan debíl no podía ser nada suyo.

—Lo siento, Hasang.—El líder le despeinó el cabello.—Te quiero pequeño, pero el liderazgo se hereda. Mi hijo será tu líder y tendrás que estar a su lado para protegerlo. ¿De acuerdo?

—Un líder no tiene que ser protegido. Un líder protege y acaba con las amenazas. Yo no le temo a nada. ¡Soy muy bueno en todo lo que me has enseñado! ¡Yo debería ser el líder, no Park!

El alfa mayor le gruñó.

—¡Este muchacho! No confundas tu lugar en la manada, cachorro. Tuviste el privilegio de entrenar junto a mi hijo y eres muy bueno. Pero jamás serás el líder. Tú no naciste para eso.

Esa tarde algo se quebró dentro de Hasang. Él era fuerte y astuto, durante todos esos años se preparó para que el alfa Park de sintiera orgulloso de él. ¡No era justo que se le negara la oportunidad de demostrar su valía! Park era inútil, la sangre no era suficiente para que te eligieran líder.

—Hasang no te enojes.—El pequeño Park le dió una palmada en la espalda, consolandolo.—Yo sé que serías un gran líder, lamento que no puedas, si fuera posible te daría mi lugar.

El pequeño Park se alejó sonriente, ajeno a la mirada mortal del que creía su mejor amigo.

—Y tendré tu puesto, lo juro.

Hasang llegó a la edad adulta enojado con el mundo. Y su furia aumento cuando el viejo líder falleció y Park asumió el liderazgo. Su amigo no sólo no tenía experiencia para liderar. Era completamente incapaz. Todo lo hacía mal, la manada estaba en peligro constante de quedarse sin cosechas y era amenazada por otras casi cada mes. Hasang año estaba harto. Siguió inmiscuyéndose en los asuntos de liderazgo hasta que conoció a su pareja destinada. Una hermosa omega que logró hacer que se olvidara de sus ambiciones por el liderazgo.

La vida floreció para Hasang cuando ella le dio dos hermosos cachorros, y pronto vendría el tercero. El joven alfa no podía estar más feliz. Hasta que las cosas cambiaron de rumbo y su pareja enfermó. La curandera no podía salvar a su omega con las simples yerbas que le daba en infusiones. Sung Hee necesitaba ser llevada a la ciudad y ver a un médico. Cuando Hasang pidió permiso para llevarla al hospital, el concejo no se lo permitió.

—¡Mi familia está en riesgo!—Miro a su amigo, en busca de ayuda.—Permíteme llevarla a que reciba atención médica. O perderemos a nuestro hijo.

Un Alfa para mis días de celo||•Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora