Un Alfa para mis días de celo||•Kookmin (Omegaverse)

Siete

Mientras la lluvia seguía cayendo torrencialmente en el exterior, un alfa pelinegro descansaba sobre una pequeña cama mientras sus heridas eran curadas. Jimin estaba siendo muy cuidadoso, parecia genuinamente preocupado.

—No sabes lo agradecido que estoy contigo, Jungkook.—Jimin tomó un poco de ungüento y lo froto en las heridas de su pecho, Jungkook estaba con el torso desnudo. El omega estaba teniendo serias dificultades para concentrarse y aparentar indiferencia.—Cualquier otro hubiera abandonado el trato para evadir la pelea.

—Bueno, pues resulta que yo no soy cualquiera.

—No, claro que no.—No se atrevió a mirarlo, para no revelar demasiado. Lo cierto es que tocar al Alfa, incluso en esta situación, le hacía tener pensamientos de los que se avergonzaba.

La tensión entre los dos estaba ahí, pero ninguno decía nada al respecto.

Si alguien fuera testigo de la mirada que le dedicaba el alfa a Jimin, diría que no había más que adoración en sus ojos. Jungkook jamás lo admitiría, se había humillado demasiado en el pasado, pero en ninguno de sus días desterrado dejo de anhelar al omega.

Ser el único que reconocía el lazo era una tortura. Todos los rechazos del omega lo habían herido y mermado su confianza. El olor de la excitación de Jimin en estos momentos, sabiendo que se había visto obligado a aceptarlo por las circunstancias, le parecía una burla. ¿Tan necesitado estaba que, hubiera reaccionado así ante cualquier otro alfa que lo salvara del emparejamiento?

—Esto es lo que siempre deseé, ¿sabes?—Murmuró con voz ronca.—Tus cuidados y atenciones. Yo no quería nada más.

—Lamento mi comportamiento en el pasado, nunca debí rechazarte con tanto desdén. Pero estaba asustado, tú eras... —Se corrigió—eres muy intenso.

—¿Te sientes igual?—Las temblorosas manos de Jimin le dieron la respuesta. Jungkook soltó un gruñido.—¿Tanto te intimido, Jimin?

—Yo...—Jimin retorció el paño entre sus manitas.—¡Y me lo preguntas mientras me gruñes!

—Olvidado, ahora no quiero la mierda sensiblera que viene con el lazo. El sexo en cambio, me parece buena idea.—Solo entonces Jimin lo miró.—Huelo tu excitación, tu cuerpo te traiciona, cariño. Pero no te preocupes, tendrás un alfa para tus días de celo. ¿Eso viene incluido en el trato, no?

—¡Eres un imbecil!—Jimin jadeo indignado y le aventó a la cara el paño húmedo con el que limpiaba sus heridas.—¡Olvida mi agradecimiento, no te lo mereces!

El omega salió furioso de la habitación. Jin entró justo después de la pelea, traía una bandeja con sopa caliente.

—¿Ya no más besos bajo la lluvia?—Se burló.—¿Así es como van a vivir cuando la gente no los vea? ¡Vaya, hermanito! Hasta yo me había convencido de su actuación.

Jungkook gruñó de nuevo.

—Con ese carácter tan dulce me pregunto por qué Jimin sigue escabulléndose.

Enfrentar a su hermano luego de tanto tiempo era algo para lo que no tenía energías.

—Jin, yo...

—Basta, no hay nada que decir.—El beta se sentó en el lugar que antes ocupó Jimin y siguió con la labor del omega.—Me alegro de que regresaras. Jimin y tú pueden quedarse aquí mientras construyen su propia cabaña. Dudo que el padre de Jimin quiera tenerlos bajo su techo...

—Aún si no quieres escucharlo, lo lamento.

—¿Que lamentas?—Jin suspiro, cansado—¿El haber sido drogado y herido mientras luchabas por proteger a la manada?

—De no haber estado tan distraído persiguiendo a Jimin, me hubiera dado cuenta de que invadieron nuestro territorio y tu cachorro...seguiría aquí. Perdóname, Jin.

El alfa lucia tan derrotado que le partía el corazón, abrazo a su hermano, dandole la bienvenida a casa.

—Yo jamás te culpe. Pero si quieres enmendar las cosas, toma esta oportunidad, hermanito. —Jin le acaricio la cabeza.—Quiero que seas capaz de perdonarte.

Jungkook no dijo nada, ambos hermanos se perdieron en el momento mientras un omega, demasiado entrometido, observaba por la rendija de la puerta con los ojos llorosos, conmovido, se alejó en silencio.

Ya regresaría a gritarle al alfa más tarde.