DOCE DONES - EXO

Especial: Xiumin...

Xiumin de dos años estaba sentado a un lado de la bañera, mientras miraba a su madre ir de un lado a otro preparando todo para darle un cálido baño y después llevarlo a dormir; ella era hermosa, su cabello negro lacio, su piel blanca, los ojos de un bello color miel, trabajaba como maestra de historia en la universidad de Seúl, su gusto por todo el pasado y las leyendas antiguas le hacían investigar tanto como podía, su más reciente obsesión y descubrimiento, la leyenda "Doce dones", había reunido toda la información posible.

Xiumin recordaba claramente ese momento, el segundo exacto en que su madre dejo caer al suelo un frasco de colonia que al romperse creo un ruido horrible, sobresaltando al pequeño, el miedo hizo que la energía oculta en él se liberara y el agua en la tina se congelara en un segundo, incluso el agua que aún estaba saliendo de la llave se congelo mientras caía; su madre lo tomo en brazos de inmediato y lo aparto de todo pero al ver y entender lo que pasaba sonrió ampliamente mientras limpiaba las pocas lagrimas que habían salido de los ojos del pequeño.

- no te asustes, está bien – le susurró al oído mientras lo mecía suavemente.

- omma ¿Qué paso? – pregunto Xiumin con lágrimas en los ojos.

- eres especial bebe, por eso no debes tenerle miedo, tu poder es hermoso – dijo ella con una sonrisa.

- ¿poder? – Xiumin miro sus manos cuando su madre lo dejo en el suelo.

- ¿quieres mostrarme lo que hiciste?

- me asusté, sentí algo raro aquí – explico Xiumin mientras señalaba su pecho, justo en su corazón – sucedió solo, creo.

- inténtalo amor, congela esto – le pidió su madre mientras dejaba en sus manos el bacito entrenador que tenía el jugo de manzana que tanto encantaba al pequeño.

- no lo... oh – Xiumin solo había tenido que pensarlo y ahora el bacito estaba cubierto de escarcha y el líquido en su interior era hielo.

- vez, no causa daño y no quiero que tengas miedo – ella sonreía mientras volvía a abrazarlo y Xiumin suspiraba.

- no tengo miedo – susurro Xiumin en el cuello de su omma.

- todo estará bien te lo prometo.

Comenzó a investigar y feliz descubrió que no todo lo que aparecía en las leyendas eran mentiras; le explico a su esposo y él estuvo al principio un poco confundido, pero entendió que su familia lo necesitaría así que no dudo más; mientras Xiumin crecía le fueron enseñando a controlar y mantener en secreto su poder, así mismo ambos padres hacían lo posible para protegerlo, habían descubierto que una empresa pensaba en los doce dones como armas y ellos no permitirían que a Xiumin se le tratara así, pero eso solo significaba una cosa, si uno de doce estaba en el mundo, los demás también y estaban en peligro.

- tu serás un gran líder amor – dijo la madre de Xiumin, una tarde, el pequeño ahora tenía doce años y la mujer deseaba que fuera el quien reuniera a los demás.

- pero ¿Qué pasa si ellos no están aquí? – pregunto Xiumin con miedo.

- tu estas aquí Min, eso es prueba suficiente, todos te necesitaran – dijo ella con una sonrisa que sin duda reconforto mucho al pequeño.

- lo intentare, lo prometo – dijo Xiumin asintiendo igualmente con una sonrisa.

Esta promesa no duraría mucho, los padres de Xiumin eran personas adineradas, ambos de buena familia, tenían los recursos para escapar y ocultarse cada vez que alguien empezaba a hacer preguntas de más sobre el pequeño Min o algo los atacaba, pero escapar no siempre era sencillo y una noche ocurrió, Xiumin de quince años había estado durmiendo en calma en su habitación, todo en el exterior estaba obscuro y en completo silencio, así que cuando la puerta principal fue derribada el estruendo que causo se escuchó claramente.