Especial: Kris

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De pie en el centro de la sala de entrenamiento Kris tenía su mirada enfocada solamente en Tao que estaba apoyado en el muro frente a él, al menos a unos siete metros de distancia, Tao ni siquiera le devolvía la mirada, estaba concentrado jugando algún juego en su teléfono celular, pero Kris no podía despegar sus ojos de él, su mente era lo único que estaba enfocado en los seis soldados que lo rodeaban y buscaban atacarlo, pero no así sus ojos y no había problema porque el mismo le había pedido a los soldados que lo atacaran como parte de sus entrenamientos, para probar que lo estaban haciendo bien.

No necesitaba mirar para saber de dónde llegaría el golpe, sus conocimientos y sentidos superiores le permitían esas ventajas, pero talvez esperaba darles un poco de ayuda a los hombres concentrando su mirada en su dúo; Tao era todo lo que nunca había esperado al descubrir a los dos años que tenía poderes, aun incluso ni la capacidad de convertirse en lobo lo había impresionado tanto y era solo porque no lo creía necesario, desde que sus padres habían muerto cuando el tenia dieciséis años, Kris se movió solo y así sobrevivió nunca pensó que sus poderes y el mismo necesitaran de un equilibrio.

- buen trabajo todos – dijo con una ligera inclinación a los seis soldados que ahora estaban en el suelo con claros gestos de dolor.

- es muy hábil señor – susurro uno de los hombres poniéndose de pie con dificultad.

- estuvo distraído todo el tiempo, pero siempre supo dónde estábamos – agrego otro.

- no necesitan de sus ojos para pelear, enfoquen su mente, sus oídos y su piel pueden decirles de donde llegara el golpe – explico Kris apartando por fin su mirada de Tao.

- gracias señor – los seis soldados hicieron una venia y salieron de la sala.

- ¿en qué piensas? – pregunto Tao al acercarse a Kris.

- en nada – respondió Kris simplemente.

- Kris... puedo verte, talvez no te haya puesto atención, pero siempre se cuándo me miras y cuando algo te hace reflexionar mucho – comento Tao.

- pensaba en nosotros...

- ¿Por qué? ¿te molesta?

- no, nunca... es solo que eres todo lo que nunca espere – dijo Kris con una media sonrisa mirando a Tao repetir el gesto.

- bueno, gracias... supongo – Kris rio un poco con lo que dijo Tao y el gesto que hizo, entonces agrego – yo me siento igual, te miro y no puedo creer la suerte que tuve de que naturaleza te colocara conmigo.

- es bueno para ambos, aunque también debo admitir que no lo esperaba y nunca lo pensé necesario, estuve solo tanto tiempo que simplemente seguí adelante – admitió Kris y casi como por costumbre tomo la mano de Tao al salir de la sala.

- también lo estuve, mis padres me enviaron lejos pocos años después de que descubrieron mi poder y aunque a la distancia me ayudaban, nunca estuvieron realmente conmigo – conto Tao con un poco de tristeza.

- nunca me dijiste eso.

- no hemos tenido mucho tiempo para sentarnos a hablar sobre nosotros – dijo Tao riendo.

- es cierto, pero... - el sonido de una alarma en la distancia detuvo las palabras de Kris y ambos se miraron.

- eso viene de...

- el laboratorio de Suho y Lay – finalizo Kris las palabras de Tao y aun tomados de la mano echaron a correr hacia donde venía el ruido.

Encontraron un alboroto horrible en el lugar, guardias de seguridad, médicos, el general SungMin, Xiumin y Chen todos estaban rodeando a Suho que intentaba dar una explicación coherente mientras Lay era colocado en una camilla, estaba inconsciente y ambos podían notar que su respiración era difícil; se acercaron a sus hermanos cuando los demás comenzaron a irse, Xiumin y Chen estaban arrastrando lejos a Suho y la razón no podía ser más simple, todos podían notar las señales que estaba dando su poder de salirse pronto de control, Xiumin incluso congelo algunos de los químicos para que dejaran de moverse tan violentamente dentro de sus contenedores.

DOCE DONES - EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora