One shots ➡️ Multifandom

Carl Grimes/ The Walking Dead

Camino por las calles desoladas, no se donde estoy.

Esto destruyó mi vida, mi mamá murió mordida por una de esas cosas y mi padre también, solo quede con Penny, mi hermana menor de 3 años.

—Tengo sueño— me dice con su tierna voz.

—Tranquila cariño — estiró los brazos y la tomo—Ya encontraremos un lugar.

Tener 16 años y vivir esto no es normal y más con una niña de 3 años, tuve que aprender a cuidarla.

Ya estoy bastante cansada por llevar a Penny en mis brazos. De repente siento una gota y me doy cuenta que está comenzando a llover.

—Diablos— susurro.

—Está cayendo agua hermana— dice Penny apurando al cielo.

—Si, Penny — le sonrió.

Comienzo a caminar un poco más rápido porque lo menos que deseo ahora es que Penny se resfríe.

A lo lejos diviso un auto, es mi día de suerte. Corro rápidamente hacia el auto, pero cuando estoy a punto de entrar escucho a alguien.

—Voltéate— dice la voz—Voltéate.

Al hacerlo veo a un hombre con el cabello medianamente largo y parece sucio.

—¿Quien eres?— pregunta.

—Soy Lori — digo mirando al hombre —Por favor baja el arma asustas a mi hermana.

—Soy Penny— dice mi hermana.

—Estamos solas, hemos estado buscando gente por mucho tiempo— digo mirando al hombre—Por favor baja el arma.

—Daryl son unas niñas — dice apareciendo un hombre con ojos de colores—¿Están solas?.

—Si y necesitamos un lugar donde quedarnos— digo mirándolo—Temo que Penny se enferme.

—¿Y como sabemos que en verdad no nos están mintiendo y sus amigos van a matarnos?— el tipo, Daryl, le dice a Rick.

—¡Demonios! Juro que estoy diciendo la verdad— digo mirándolo—Solo queremos un lugar seguros para los dos.

—Tranquila, te ayudaremos— dice Rick mirándome.

—Gracias— suelto un gran suspiro.

—Vamos, suban— Rick abre la puerta del auto.

Al entrar, Daryl enciende el motor para acelerar al lugar donde supongo que viven.

—¿Como te llamas?— me
Pregunta Rick.

—Me llamo Lori y ella es mi hermana Penny— digo, pero él se queda callado—¿Estás bien?.

—Si... es que mi esposa se llamaba Lori, murió cuando nació mi hija— dice.

—Lo lamentó mucho — digo mirándolo.

—Irán a un lugar seguro— dice Rick—Allá conocerán a gente muy agradable.

—Gracias, hace semanas que no duermo — le cuento, él me sonríe.

Luego de una hora de viaje llegamos al lugar. Unas grandes murallas rodean el lugar. Siento que este lugar será nuestro hogar por el momento.

1 mes después.

—Hola Maggie — digo entrando a la casa. Penny y yo hemos estado viviendo con ella y Gleen.

—Hola Lori— me sonríe—¿Donde estabas?.

—Estaba con Carol charlando—digo tomando asiento.

—Si quieres puedes salir con Gleen a pasear, yo me puedo quedar con Penny—dice Maggie.

—No quiero ser una molestia— digo mirándola—Has sido bastante linda conmigo y Penny.

—No es una molestia, amo a Penny y además tengo que practicar para cuando tenga uno— acaricia su pequeña barriga.

—Serás una gran madre Maggie— sonrió mientras me pongo de pie—Vamos Gleen, divirtámonos un poco.

Escucho como baja las escaleras.

—Aquí estoy— dice—Salgamos. Te amo, Maggie.

Se despide de ella y enseguida salimos de casa.

—¿Entonces me enseñarás a disparar?— pregunto mientras caminamos por la calle.

—Te dije que si, pero no quiero que sepa Maggie— dice mirándome.

—Claro— le doy una palmada en el hombro—Maggie no lo sabrá. Eres como el hermano que nunca tuve.

—Corrección, soy tu hermano y el mayor— me sonríe.

—Claro chino— bromeó.

—Soy coreano— dice.

—Lo se, pero me encanta molestarte— digo riendo.

De repente se acerca Aron a Gleen.

—Necesito que vengas un momento— le dice Aron.

—Claro— asiente con la cabeza— Tendrá que ser otro día, Lori.

—Está bien— asiento con la cabeza.

Comienzo a caminar a casa.

—Lori — escucho que me hablan, es Carl.

—Hola— sonrió, Carl y yo éramos amigos, pero sentía cosas por él.

—¿Como estas?— me pregunta.

—Bien, gracias— digo mientras caminamos.

—Sabes, me recuerdas a mi madre. Tu nombre y tienes algo de ella— dice riendo.

—Me alegra hacerlo— sonrió—Presiento que fue una gran mujer y madre.

—Si, lo era — mira hacia el piso.

—¿Y cómo estás con Enid?—pregunto.

—No, entre ella y yo no hay nada— pasa una mano por su cabello.

—Oh, todos creíamos que si— digo mirándolo.

Finalmente llegamos a la casa.

—Tengo que entrar— digo señalando la casa.

—Si— dice, pero miro hacia abajo y veo cómo su mano toma ligeramente la mía.

—Me gustaría pasar más tiempo contigo — las palabras salen de mi sin que yo quiera decirla.

—Yo también — dice mirándome.

Tomó valor y me acerco, le doy un pequeño beso.

Me separo y camino hacia casa, pero antes de entrar me volteo y le sonrió, el también lo hace.