¡Nuestro sexy Elías en multimedia! ♥
Elías.
Me encontraba cambiándome enfrente del espejo, mirándome vanidosamente y sonriendo al verme completamente bien y satisfecho.
Acaricié a Chori en la cabeza mientras acomodaba mi celular en el bosillo trasero de mi pantalón azul oscuro, dejaría de esperar la llamada de Madeline ya que la había invitado a la fiesta pero me había hecho a un lado y no iba rogarle si no quería a nadie con ella.
El timbre de la puerta sonó.
—Nos vemos Chori—me despedí y abrí la puerta encontrándome con Rick que me miraba con entusiasmo. Sonreí y subimos a su convertible brincando arriba de las puertas mientras aceleraba hacia la casa de Martín.
Rick venía anunciando que toda la escuela sabía que había fiesta esta noche, habían comprado suficiente cerveza y toda clase de bebidas con licor, iba preparado para beber hasta perder la conciencia hasta dejar de pensar en ella.
La casa de Martín era increíblemente grande, era una casa, no un departamento como el mío, se extendía por toda la manzana, con piscina, un jardín enorme que requería de mucho mantenimiento y el interior decorado con cosas costosas y lujosas.
—¡Hey Elías, Rick!—el equipo de fútbol americano saludó y nos recibió con un vaso rojo con un líquido amarillo.
Carl tenía uno lleno de vodka, se lo cambié y lo bebí hasta el fondo, dejando que el ardor en mi garganta hiciera su efecto en unos minutos y después de unos cuantos más me encontraba mareado.
Rachel se encontraba ahí, en las piernas de Carl sonriéndole como si fuera su todo, fingiendo estar completamente enamorada de él aunque cuando mi amigo decidía darse la vuelta ella me miraba con ojos cargados de sentimientos y tenía sentido ya que no habíamos hablado mucho durante los últimos días.
La casa una hora después estaba completamente atiborrada de gente, las personas iban y venían pero el alcohol no se acababa, no encontrabas un solo lugar de la casa solo, la piscina y el jardín estaba completamente lleno de gente besándose y queriendo tener relaciones sexuales ahí mismo.
Carl, Rachel, Rick, Martín, Diego y su novia, nos encontrábamos en la piscina platicando con una mano ocupada en el vaso con licor. Reíamos y conversábamos acerca de la fiesta y del éxito que había tenido.
—Ya nos merecíamos algo como esto—celebró Diego besando a su novia en los labios eufórico.
Asentimos a manera de aprobación, Carl acercó más a Rachel y empezó a besar su cuello, ella empezó a removerse incómoda mientras lo alejaba, su traje de baño no dejaba nada a la imaginación, sus pezones traspasaban la tela y sus líneas de los pechos se notaban cuando apretaba sus brazos.
—Basta Carl—masculló Rachel alejándolo colocando su mano en su cara mientras empujaba pero él la sostenía de la cintura y apretaba más su trasero a él.—Detente—pidió una vez más.
—Déjala Carl—ordené autoritario, dejó de besarla y me miró.
Sabíamos que el alcohol había ocasionado efecto ya en nuestro sistema y era por la manera en la que nos movíamos, aún no me había entorpecido por completo pero a él sí.
—¿Ya le harás caso a tu putita McCurry?—río y mi puño se encontró con su quijada, agarré a Rachel del brazo y la jalé detrás de mí.
—No la vuelvas a tocar.
La sangre empezó a manar de su labio pero no respondió el golpe ya que Diego y Rick se interpusieron, ayudé a Rachel a salir de la piscina y la envolví en una toalla.
Caminamos hacía el interior de la casa y así subimos al segundo piso para que pudiera vestirse, la dejé pasar a un cuarto de huéspedes donde me había quedado anteriormente cuando visité a Martín, y cerré la puerta esperándola afuera.
Pasaron unos minutos cuando la puerta se abrió y un brazo me jaló hacía dentro, la oscuridad del cuarto no me permitía ver nada pero sabía que Rachel estaba enfrente de mí, me ofreció un vaso con licor que no tenía la menor idea en que momento lo agarró pero lo acepté para tomarlo.
—No digas nada—susurró sobre mis labios para unirlos en un feroz beso. Sus manos bajaron rápidamente hacía mi abdomen recorriendo cada cuadro bien trabajado y haló el cordón del short de baño. Gruñí, deseando con todas mis ganas de que fuera Madeline la dueña de los movimientos.
La lengua de Rachel exploraba mi boca, le permití el paso mientras mis manos descendían por su espalda para desabrochar su sostén de baño. Gimió cuando su busto quedó libre y empecé a besar su cuello.
La cargué para guiarla a la cama y continuar descendiendo mis labios por su cuerpo hasta que la puerta se abrió. Una figura se encontraba parada en la puerta y sin dudar prendió la luz dejándonos al descubierto.
El rostro de Madeline se desfiguró, me separé rápidamente de Rachel dándole la espalda y mirando a mi hermosa chica a quién claramente le había dolido encontrarme así.
—No era mi intención interrumpir, lo siento—corrí detrás de ella abrochando los cordones de mi short, había huido y se encontraba a la mitad de las escaleras.
—Madeline, espera—agarré su brazo y la acerqué a mí.
—Apestas a alcohol, ve y termina lo que estabas haciendo, no debí venir.
La dejé ir sintiéndome el ser más estúpido de la tierra, su falda se contoneaba con el movimiento de sus caderas al igual que su cabello largo. Enojado volví a la habitación encontrándome con Rachel dormida.
¡¿Cómo pude ser tan estúpido?!
Golpeé un mueble con rabia y luego me di una cachetada.
Vestí a la rubia que yacía en la cama y la cargué sobre mi hombro para llevarla a casa.
*Las invito a leer El Cajero
no se arrepentirán ahr e.é
Gracias por leer ♥
Dedicación: Una vez más, gracias linda por todo el apoyo que me has brindado, te quiero mil ♥

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Pedazos® [Completa]
Short StoryMadeline era una chica rota y claramente antisocial, la escuela la ignoraba por completo y yo era uno más en la lista. Nunca me percaté el momento en el que ella se volvió una necesidad, una necesidad para mí. -Quiero juntar todos los pedazos y hace...