Pedazos® [Completa]

VII.

Imagen: Elías.

Elías.

Conducía sin prisa una vez alejado del colegio, me imaginé que volviendo me metería en problemas con dirección aunque no hayan hecho presencia pero los chismes corren rápido y por la actitud de Logan seguro ya alteró y distorsionó la historia pero nada de eso me importaba en estos momentos; Madeline estaba quieta en su asiento, limpiando disimuladamente sus lagrimas que aún salían silenciosamente.

—Gracias por lo de hace rato.

Su voz cortada salió con mucho esfuerzo, tan débil e indefensa. No dije nada, en vez de hacerlo giré y me metí a la carretera cambiando mi rumbo.

—¿A dónde vamos?—preguntó Madeline alarmada.

—Te llevaré a mi lugar tranquilo, de silencio—sonreí hacía ella pero solo se quedó viéndome.

Aparqué el carro al lado de la carretera, bajé apresuradamente y le abrí la puerta. La guié a un camino rocoso, bajamos un monte, nos equilibramos con piedras y atravesamos arbustos hasta llegar al único lugar que me tranquilizó después de los incidentes cuando era niño.

La mirada de Madeline cambió, se había enamorado completamente del lugar y ¿cómo no hacerlo? Una gran cascada se extendía delante de nosotros, el lugar completamente verde, lleno de pinos y de árboles, un lago claro donde se podían distinguir las rocas que habían en la orilla.

—¿Te gusta?—Escondí mis manos en los bolsillos de mi pantalón y le sonreí.

—Me encanta, es perfecto—sonrió para tirarse en el césped y menearse en él disfrutando cada pedazo verde.

—Puedes venir aquí cuando quieras, ayuda mucho cuando te sientes mal—me senté y miré el lago.—Me quedé huérfano cuando tenía diez años, pero no sentí la pérdida de mis papás como otros niños podrían, ellos no estaban nunca conmigo, siempre estaban en viaje de negocios, ignorando mis necesidades siempre encargándome con una niñera.—Madeline me miraba atentamente sin saber por qué le contaba eso, pero no podría contestarle porque yo tampoco sé porque se lo contaba—No resentí su partida hasta que quise hablar con alguien sobre mis notas, la chica que me gustaba, elegir la cena—sonreí.

—A veces los padres pueden ser un asco—asintió y se acercó a mí para tener una vista más completa del lago.

—Sí bueno...—me encogí de hombros—Así me animaba—la cargué entre brazos y me adentré al agua ignorando sus patadas e intentos fallidos de liberarse.

Nuestras risas inundaron el lugar, apoyó sus manos en mi cabeza y me sumergió unos segundos.

—Señorita Madeline, que atrevida—sonreí aventando agua a su dirección.

Por un momento, todo pareció tener sentido, ella riendo en el agua conmigo, su sonrisa resplandeciendo y yo sintiendo mi corazón detenerse cada vez que ella mostraba comodidad y felicidad conmigo.

***

—No imaginé que fueras así—sonreí hacía ella cuando ya estábamos afuera, dejando que la ropa secara, ella no se la había quitado y yo solo me había despojado de mi camisa, aún así ella no volteó conmigo.

—¿Así cómo?

—Divertida, digo...Eres tan seria en la escuela e introvertida que no imaginé que sería así contigo aquí—me encogí de hombros acomodando mi cuerpo de lado para verla mejor.

—No lo soy—respondió cortante.

—Lo eres, contigo...todo se me olvida—confesé sin pensarlo. 

Ella me miró y sonrió, asintió sin saber por qué lo había hecho ¿Se sentía igual? ¿Qué le había pasado? ¿Logan tenía que ver con eso? 
Se acercó y se recostó conmigo, la tenía tan cerca que podía oír su respiración, un movimiento de inercia de parte mía hizo que volteara su cara hacía mí para después capturar sus labios con los míos. La tomé por sorpresa porque no respondió rápidamente pero lo hizo después de unos segundos. 

Su brazo envolvió mi cuello jalándome haciendo que mi cuerpo respondiera por sí solo quedando arriba de ella pero el beso jamás se intensificó, su mano libre recorría mi abdomen hasta quedar en mi cadera. Un gruñido escapó de mi boca cuando necesitábamos aíre, me separé de ella recargando mi frente en la suya. Sonreí, contento de tenerla ahí conmigo pero dejé de hacerlo cuando la miré a los ojos.

—Yo...—musitó. Sus pupilas dilatadas, sus labios rojos me incitaban de nuevo a besarlos pero me abstuve.

—Quiero juntar todos los pedazos y hacerte sentir completa—sus ojos saltaron y sus labios se entreabrieron pero no pasó nada de lo que pensé que pasaría. 

Su mano tan pequeña y blanca se encontró con mi mejilla, sus ojos aguados y llenos de ira taladraban los míos y el ardor en mi cara empezaba a molestar. 

Me levanté confundido.

—No estoy hecha pedazos—dijo enojada mientras se ponía de pie—No sabes nada de mí, déjame en paz.

—Madeline...—me interrumpió.

—Aléjate de mi—escupió con ira para darse la media vuelta e irse.

  Solamente logrando que la deseara más.

☼

¡Nuevo capítulo!
Ya el prólogo tiene sentidou...
Madeline es una loquilla ahqe 
Apoco Elías no es una linduraaaa u.ú
En los siguientes capítulos empezaré a hacer dedicatorias ya que hay varias personitas que han estado apoyando desde el inicio de la historia, muchas gracias por comentar, votar y recomendar ☺