Imagen: Elías.
Elías.
Corrí detrás de Madeline pero solo vi como pedía un taxi y se marchaba del lugar dejándome completamente solo.
El aíre comenzaba a enfriarse y como consecuencia mi piel se ponía de gallina, enojado pateé la llanta de mi Jeep aunque solo lograra que mi pie se acalambrara. ¿Qué hice mal?
En casa llegué directo a la ducha, enrollando mi cuerpo en una toalla negra fui a servirle comida a Chori quién como siempre me recibía con mucho cariño.
—Si te besara Chori, ¿saldrías corriendo?—Chori me miró y emitió un ladrido.—Sí, eso pensé—sonreí a medias sentándome para que se acercara a mí regalándome un poco de amor canino.
☼
Caminé por el pasillo del colegio hasta encontrarla con la mirada, estaba arreglando sus libros en el casillero, cuando cerró la puerta la arrinconé presionando su cuerpo contra el mío quedando a solo unos centímetros de su cara.
Y una vez más se veía radiante, su vestuario empezaba a mejorar pero seguía sin ser notada, no me podía imaginar una vida tan solitaria sin tener a nadie a tu lado pero ella lo quería así, ella empujaba a las personas de su vida e incluso se enojaba cuando intentabas decirle que te interesabas en ella.
—Déjame Elías—pidió con un susurró. Su aliento chocó contra mis labios y suspiré.
—No hasta que me digas que hice mal.
—No hiciste nada mal, estuviste muy bien—su voz se quebró—Pero yo ya no quiero que me lastimen, duele como el infierno—una lágrima se escapó de su rostro.
—No quiero hacerte daño Madeline—levanté su cara con mi dedo índice para que me mirara a los ojos y con la otra mano libre limpié las lagrimas rebeldes que escapaban sin su permiso.
Sorprendiéndome me abrazó, sus brazos envolvieron mi cintura, entrelazando sus dedos en mi espalda y apretándome. Mis brazos envolvieron su espalda y delicada cabeza. Deposité un beso en su frente.
Mi corazón se estrujo al saber que si la abrazaba fuertemente los pedazos que habían estado acomodándose se romperían de nuevo, era tan frágil.
—Jamás te haría daño mi niña—dije sobre su frente. Se separó de mí limpiando todavía sus lagrimas y asintiendo, le tendí mi mano—Vamos a clases—me miró dudosa.
—Pero no tienes la misma que yo—enarcó una ceja.
—Lo sé—me encogí de hombros—Pero te acompañaré.
☼
A la hora del almuerzo me senté con los muchachos del fútbol, Rachel estaba ahí también porque según tenía entendido había salido ayer con Carl, pero no podía confirmarlo porque no me había llamado para contarme o para presumirme que todo había salido bien, lo deducía porque estaba a mi lado con sus brazos envolviendo el cuello de Carl.
—¿Y si organizamos una fiesta?—sugirió Rick.
—Alerta, el urgido sugirió alcohol y chicas—bromeó Diego.
—Sí deberíamos planear algo chicos, hemos estado distantes y se supone que en esta etapa de nuestras vidas formamos vínculos fuertes—aportó Carl mientras acariciaba la pierna de Rachel.
No pude evitar lanzarle una mirada de desaprobación a mi amiga quien solo me devolvió la mirada con una cortante como si pudiera encogerse de hombros con ella.
—Ofrezco mi casa para el sábado—Martín quien era mi mano derecha en el juego comentó, todos asentimos.
—Yo lo hago viral—con una mirada de picardía Rick empezó a mandar mensajes de textos haciendo que algunos celulares alrededor sonaran.
Me levanté de mi lugar para buscar a mi chica misteriosa pero la voz de Rachel interrumpió mi movimiento.
—Ah, ahí vas a buscar a la chica extraña esa—reprochó.
Volteé a verla.
—¿Y cuál es el problema?—cuestioné frunciendo el ceño.
—¿Te gusta?—preguntó con desaprobación.
—¡Vamos! Elías no se fijaría en alguien así— dijo Rick interrumpiendo la discusión de amigos que estábamos teniendo.
Rodé los ojos y salí de la cafetería para ir por los pasillos y llegar a las áreas verdes del colegio, ahí estaba ella leyendo su libro en un árbol, me acerqué por detrás y tapé sus ojos.
—¿Quién soy?
Madeline rió mientras entrelazaba sus dedos con los míos y me jalaba para sentarme enfrente de ella, mi mano acaricio su rostro deslizándose por su mejilla, cerró sus ojos al tacto mientras se acercaba para unir nuestros labios en un beso. La textura de sus labios una vez más era suave, sus labios tenían un sabor a fresa. Finalicé el beso colocando mis labios en su nariz depositando otro ahí.
—¿Me pasarías tu número telefónico?
Ella frunció el ceño y aceptó mientras me lo dictaba y yo lo guardaba en mi celular. Mandé un texto e inmediatamente timbró.
Número desconocido
¿Me acompañarías a un fiesta?
El timbre del colegio sonó anunciando que la hora de descanso había terminado, la ayudé a ponerse de pie y nos dirigimos al colegio tomados de la mano recibiendo las miradas de los alumnos y las fulminantes de parte de Rachel y Rick.
Rodeé con mi brazo los hombros de mi chica y reí.
¿Qué les importaba a ellos?
☼
Jelou 7u7
Empecé con las dedicatorias, gracias por siempre comentar y votar chicas, lo aprecio y valoro mucho.
Pueden hacer comentarios constructivos abajo, lamento que no sea las historias donde el chico es rudo pero en serio tenía ganas de crear a un chico con sentimientos ahqueEmpecé una nueva obra, literalmente mensajes cortos que se llama el "cajero" ¡Pásense!
No me cansaré de decirlo, gracias por todo su apoyo ☺
►Nao Fuera

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Pedazos® [Completa]
Storie breviMadeline era una chica rota y claramente antisocial, la escuela la ignoraba por completo y yo era uno más en la lista. Nunca me percaté el momento en el que ella se volvió una necesidad, una necesidad para mí. -Quiero juntar todos los pedazos y hace...