Pedazos® [Completa]

XVI.

Elías.

—Soy el padre de Madeline— repitió desafiante esperando que lo confrontara con una mejor respuesta, pero no la tenía.

—Solo vine a buscar a su hija—terminé de bajar las escaleras para quedar a metros de él—Elías McCurry—extendí mi mano y la estrechó.

—Mucho gusto—sonrió—¿La encontraste?—levanté una ceja desconcertado.—A Madeline.

—¿No debería saberlo usted? No está aquí, al parecer se fue de Boston.

Suspiró cansado y pasó su mano por su cabeza alterando los pocos cabellos que le quedaban, tenía los ojos de Madeline, un señor atractivo debía admitirlo. Pero no similar a ella.

—Cariño, ¿todo bien?

Una voz femenina invadió la sala capturando nuestra atención, una señora morena se asomó por la puerta de la casa, su cabello lacio caía sobre sus hombros, ojos negros y rasgos finos. Estaba confundido, no tenía que ser muy listo para darme cuenta de que no era la mamá de Madeline.

—Oh, ¿cuánto tiempo tienen juntos?—mi incomodidad era notoria creyendo que era un matrimonio divorciado.

—Tres años y un año felizmente casados—La morena rodeó la cintura de su esposo y lo atrajo hacia ella mientras le depositaba un beso en su mejilla.

—No nos gusta presumir...

—Oh a George no le gusta hablar mucho del tema—Se inclinó hacia mí y colocó una mano al lado de su boca para que su esposo no escuchara lo que tenía que decirme—Hace un año se suicidó su ex esposa y bueno...—Susurró encogiéndose de hombros.

—¿La mamá de Madeline se suicidó?—pregunté al haber entendido el comentario, mis ojos se abrieron y apreté mis puños.

—Mariana ve al auto—El padre de Madeline empujó a la señora con delicadeza mientas me miraba cautelosamente.

—Fue una tragedia, no pudimos hacer nada por ella.—Decidió abrir su boca cuando su mujer ya no estaba ahí.

Tiene tres años con ella y uno que falleció, ¿la engañaba?
No tenía que ser inteligente para comprenderlo, el hombre delante mío era una bestia y por primera vez me sentí vinculado con Madeline, con mi dulce e inofensiva niña. Ella había sufrido y ninguno de sus padres había estado ahí para ella.

—¿Dónde estuvo usted durante este año?

El señor estudió mi reacción y suspiró.

—Le envié todo lo que necesitaba e incluso más, víveres, dinero, e incluso terminé de pagar la casa por ella.—evadió mi pregunta con todo lo que había hecho.

—¿Dónde estuvo usted durante todo este año?—repetí la pregunta apretando mis dientes.

—No estuve, yo tengo otra hija que educar...

—¿Una hija? ¿Con esa señora? ¡No friegue!—estaba enojado, sentía la vena de mi frente que se asomaba.—¿Qué clase de padre desnaturalizado es usted?—escupí con ira.

—¡Tenía una familia que cuidar!—exclamó defendiéndose.

—¿Y qué hay con la que ya tenia? ¡eh! ¿Qué me dice de esa?

—Creí que Elle lo tenía todo controlado—¿Elle? La mamá de Madeline supongo.—Creí que estaban bien, que ella había seguido adelante.

—Ninguno de los dos pensó en ella—la tristeza inundó mi corazón por mi chica misteriosa.

—Hoy es la semana de la muerte de su madre, quería venir a verla y a pedirle disculpas, que se mudara conmigo—Sus palabras fueron como veneno para mí, ¿Llevarse a Madeline? ¿Lejos?

Qué importaba si ya no estaba ahí

—Y si vieras a mi bebé, es una hermosura...

—Madeline es hermosa, Madeline es bellísima, no mencione a su bebé

—Mi bebé necesita de su padre—Lo miré y sabía que estaba cargado de odio.

Mi puño estampó contra su cara haciendo que su cuerpo retrocediera hacia el sillón y chocara contra él. Me miró, atónito y lleno de miedo.

Corté las tonterías que decía.

—¡Ella necesitaba a su padre!—exclamé sintiéndome totalmente solidario con la situación, el señor elevó sus brazos protegiendo su cara pero no lo golpeé.

Una lagrima escapó de mis ojos y salí de ahí, enojado con él, enojado conmigo mismo por no haberlo averiguado antes y enojado con mi padre, porque nunca estuvo cuando lo necesité, enojado por la ausencia que no notaba porque jamás me regaló de su tiempo.

Volví a casa y me dejé resbalar por la puerta cuando estaba dentro de ella, me sentía como un niño, un niño indefenso en busca de ayuda, lloré como si otra vez tuviera diez años cuando creí que la muerte de mis papás me había afectado pero fue hasta ahora que en verdad anhelaba estar con ellos.

Chori bajó las escaleras corriendo, y metió su cuerpo por en medio de mis piernas mientras apoyaba su cabeza en mi hombro y me reconfortaba con su presencia, lo abracé mientras lloraba. Mi husky sin saberlo sollozó junto conmigo sintiéndose impotente al percibir la tristeza en su dueño.

¡Hola! Nao aquí
Lamento haberme desparecido dos días pero he decidido tomarme el fin de semana 7u7
Espero que disfruten el capítulo, y al tarado de George.
¡Gracias por leer!
Nao fuera