Lacock

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La oscuridad domó sus miradas mientras una sensación se apoderaba de sus cuerpos. Andrew sujetó con fuerza a Aglaia, más aquello no era suficiente, la muchacha se hallaba batallando contra él, provocando que, por breves milisegundos pudiese sentir a penas su esencia en plena aparición. Un destello de luz los cegó casi de inmediato. Andrew aprovechó esto, tomando el brazo de la mujer con fuerza.

- ¡Déjame ir! –reclamó ella al instante entrecerrando los ojos.

Habían llegado a un lugar conocido para ambos: el patio trasero de la casa de los Arcium. Andrew la observó en silencio, batallando consigo mismo sobre lo que debía hacer. Aglaia se hallaba frente a él, llorosa y enojada, queriendo regresar por su madre.

- Aglaia... – dijo con pesar, provocando en la chica un sollozo y una mirada de culpabilidad que le caló en el alma.

Sus ojos ahora le recordaban a Ariadna, tan decidida y valiente.

- Basta –elevó la voz mostrando firmeza – si regresas todo va ser peor. Tu madre quería que huyeras. Ella estará bien, te lo prometo – mencionó intentando mantener su tono –Chris y Artemisa están con ella, tu padre llegará pronto y todos podremos salir de esta juntos.

Sus palabras detuvieron los sollozos ajenos, más la mirada de Aglaia denotaba aquella decisión tan característica de su persona. Andrew arqueó las cejas, y antes de poder decir algo más, sostuvo a tiempo la mano de la joven al instante en el que esta desaparecia. La sensación de ser comprimidos había vuelto, solo que ahora, ninguno de los dos planeaba soltarse.

Lo primero que observaron al aparecerse, fue el humo infinito que cubría su visión. La densidad apenas dejaba ver unos metros más adelante. A Andrew le preocupó la idea de haber regresado a la mansión, más el estado del lugar y la marca en el cielo negaba la posibilidad. Fue allí cuando entendió donde se encontraba.

- Lacock... – susurró mientras observaba como la mano temblorosa de Aglaia conjuraba el hechizo "Casco burbuja".

La mirada de la chica, entre la humareda, estaba llena de pena. Andrew supo de inmediato, que la tristeza la invadía. Aquellos escombros en los que se encontraban parados, de cierta manera, habían sido su culpa.

Aglaia tomó fuerza para observar a su alrededor. Las estructuras ahora cubiertas de luces naranjas sofocantes hacían presión contra su pecho. Era obvio que quizá, nadie podía salvarse de aquel destino. La palabra "juntos" de la frase de Andrew se mantenía en su mente al igual que la promesa que le había hecho a su hermano. Lacock no era más lo que ella había conocido cuando fue más joven. Ahora, en su lugar, los escombros casi desiertos de hogares se esparcían, al igual que los recuerdos. Aglaia caminó un par de pasos sosteniendo con fuerza su varita. Esta vez, Andrew no la detuvo. Caminó de forma firme a su lado, conjurando el mismo hechizo, entendiendo por fin que aquella acción le daba, de cierta manera, una paz al corazón de la muchacha.

Sin embargo, el humo no hacía más que empeorar la situación. A penas podían observar lo que había a su alrededor. Con un movimiento ágil de su varita, lo apartó de a pocos. Debían estar alertas por si algún mortífago se encontraba aún cerca y, en el estado en el que se encontraba Aglaia, su preocupación aumentaba. Posiblemente ella no estaba lista para luchar, como hacía unos minutos.

Sus pensamientos fueron interrumpidos de inmediato al escuchar un sonido estruendoso que provocó que la tierra temblara levemente. Ambos detuvieron su camino, petrificados por lo que acababan de oír. El rugido de una bestia resonaba entre los escombros, provocando que algunos de estos terminaran de caerse. Aglaia se giró hacia Andrew temblando notablemente, con los ojos bien abiertos. Este último aguantó la respiración. Sentía un mal presentimiento que poco a poco aumentó con una ventisca a su lado, acompañado por una masa asquerosa que cubrió algunas partes de su chaqueta. A unos metros de él, entre el humo, los ojos rojizos y entrecerrados de un dragón lo observaban fijamente como si esperara que hicieran un movimiento.

Dílseacht ForittDonde viven las historias. Descúbrelo ahora