¿Dichosos? - parte 1

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1977

Tiberius aún podía recordar esa navidad como un indicio de lo que se avecinaba, Casi podía decir que fue la última navidad en la que vivió con "seguridad", pues ahora las cosas eran sumamente diferentes. Las personas que se iban jamás regresaban y eso encerraba a adultos, niños y, por supuesto, estudiantes de Hogwarts.

Durante el traslado hacia sus hogares por las vacaciones de navidad, algunos padres habían obligado a sus hijos a abandonar el colegio para huír o retenerlos en sus casas. Otros, como los padres de Markus, habían tomado la decisión de dejar que se quedaran en Hogwarts, pues el camino podía ser peligroso.

Tiberius no podía olvidar la mirada que tenía Markus cuando sus dos amigos abordaron el tren. El temor que sentían podía ser palpable y visible, pues los rostros de preocupación de los amigos que se quedaban competían con los que tomaban el expreso. Jamás este había estado tan vacío como en aquel momento.

- No más de cuatro alumnos por compartimiento, por favor - escuchó decir Tiberius al profesor Slughorn.

Él había sido uno de los pocos en acompañar a los alumnos por seguridad. El rostro cansado del profesor, observaba con detenimiento a cada uno de los alumnos mientras se agrupaban. Tiberius pasó una mano por el hombro de Morana para que no se escapara. Sabía bien cuáles eran las intenciones de su hermana en cuanto pisara el expreso, en especial si todos sus amigos iban en aquel viaje. Morana odiaba aquella actitud sobreprotectora que tenía su hermano. Ella tenía otros planes, planes que había querido hablar con sus compañeros y, por culpa de Tiberius, eso no había podido suceder. Desde la charla que tuvo con su madre en navidad sobre Erasmus, Tiberius se había vuelto más dedicado con ella. Aquello le agradaba levemente, pues sentía que había dejado a Aglaia de lado; sin embargo, eso podía tornarse sofocante.

Su hermana, ahora dos años más grande y él, eran los únicos que quedaban. Aglaia se había graduado el año anterior, y ahora estaba probando ingresar al ministerio. Tiberius la extrañaba. Apenas podía verla por lo ocupada que estaba, y cada que se hallaba en casa, estaba leyendo el profeta en el mismo sillón de siempre o conversaba de forma preocupada con su padre. Incluso había escuchado una discusión entre ellos, debatiendo por si debería o no salir de casa hacia el ministerio por cómo estaban las cosas. Eran tiempos oscuros y él lo sabía más que nadie.

El profesor Slughorn pidió que realizaran una fila para poder ubicarlos de manera en la que todos estuviesen lo más próximo a los maestros. Con ayuda a Lily Evans y Remus Lupin, los únicos prefectos a bordo, situó a cada uno de los estudiantes en cabinas seguidas.

- Black, nada de muestras de cariño - escuchó decir a Slughorn mientras este observaba a Sirius Black con cierta seriedad.

- Profesor, en estos tiempos es cuando más se debe demostrar amor ¿No cree? - respondió él con una sonrisa para luego dejar de abrazar a la muchacha de Slytherin y codear a su amigo James.

James y Peter, que estaban a su costado, empezaron a reírse. Aquellas carcajadas contrastaban con el ambiente entristecido que reinaba en el expreso. Algunos alumnos atinaron a sonreír con desgano, al igual que Remus. Tiberius, por su parte, permaneció serio, observando al profesor acomodar a los amigos de Morana en uno de los compartimientos. Al cabo de unos segundos, llegó el turno de Tiberius, Morana y Stephen. El profesor Slughorn era bastante organizado. Había colocado cuatro alumnos en compartimientos seguidos para no perder a nadie de vista. Morana fue la primera en entrar, situándose en un asiento al lado de la ventana para luego darle la espalda a su hermano como signo de molestia. Tiberius y Stephen, en cambio, se situaron junto a la puerta y empezaron a hablar para alivianar el ambiente. Ellos habían sido los últimos en ser acomodados, así que solo quedaba un asiento libre y Morana sabía quién lo ocuparía.

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