Capítulo 6: Si juegas con fuego te quemas

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El silencio se había hecho sepulcral en aquel salón, en donde solo se podía oír el reloj de la pantalla que les restaba los segundos, acercándolos cada vez más a la derrota, y por ende, a su muerte, Cathleya los había engañado, su maniática obsesión por poseer a Charlotte la había llevado a jugar al borde de las reglas. Arriesgándose incluso a romperlas solo para obtener lo que deseaba, una mujer perfeccionista y meticulosa se había dejado llevar por un impulso básico, un capricho que la hacía sentir el más profundo placer, uno que hacía mucho no sentía.

Por otro lado la joven rubia apuñaba las manos contra sus rodillas desnudas, había fallado, no había sido capaz de predecir lo que pasaría, se había centrado tanto en responder correctamente que nunca imagino que podría pasar algo como esto, y aunque le doliera no era trampa, en ningún momento se acordó que debían jugar con el mismo idioma, Cathleya había sido más lista que ellos. La chica se maldecía por lo bajo por haber sido tan ingenua, su imprudencia estaba a punto de matar a Elías y solo dios sabía que sucedería con ella cuando aquella mujer de voluptuoso cuerpo, la atrapase, no había forma de que ella pudiese defenderse en un edificio lleno de asesinos. 

-Maldita cuatro ojos, hija de la gran puta ¡Eso es jugar sucio! – Le grita un furioso Elías a una pantalla que sigue mostrando la pregunta - ¡Hey, mocosa! ¿En serio no hay  nada que puedas hacer?

-No puedo responder algo que no puedo leer – murmura por lo bajo.
-¡Joder! No tengo intenciones de morir en esta pocilga.

La joven solo se limitaba a mirar sus nudillos con frustración ¿para qué había sido todo esto? Esforzarse por contestar todo, abrir los cerrojos, solo para que al final no haya una salida. Charlotte observa de reojo una puerta que parecía que jamás se volvería a abrir, un cerrojo que parecía burlarse de ellos mientras que todos los otros habían sido retirados exitosamente apenas acertaba.

-Se abrieron de inmediato – balbucea por lo bajo frunciendo el ceño – eran como las preguntas ¿Por qué las ponía como correctas tan rápido? Si su objetivo era asesinarnos, hubiese sido más sencillo darnos poco tiempo o errar las respuestas, después de todo no hubiésemos podido alegar sobre eso, teniendo en cuenta de que Cathleya lo controla todo ¿Qué es lo que había dicho, dar un buen espectáculo? – la joven rápidamente recorre toda la sala con la mirada hasta encontrar las distintas cámaras que los enfocaban, 8 en total – así que ella no lo controla…

-¿Qué es lo que tanto balbuceas?

-Solo una cosa de la que no me había dado cuenta antes, de que se podía salir de aquí incluso haciendo trampa…

-¡¿Y por qué mierda no lo dijiste  antes?!

-Porque hacer trampa significaba… que tú tendrías que morir.

-Tks. No es mucha diferencia a la situación actual, de todas formas terminare convirtiéndome en una anguila eléctrica.

-Eso… es casi un hecho – murmura sin ánimos – pero aun así no tengo forma de responder esta vez.

Elías suspira de forma exagerada inclinando la cabeza hacia atrás.

-Hey mocosa ¿de verdad las personas mueren con esa descarga?
Ella asiente.

-Son 200 voltios podría matarte ya que de 230 a 250 ya se considera letal.

-Ya veo, pero si respondes la pregunta, aunque sea con trampa ¿la puerta se abrirá? – Ella vuelve a asentir – vale, supongo que no hay de otra, no tengo ni idea de cuál es la respuesta de eso, pero si lo leo, supongo que tú la sabrás.

Charlotte abre los ojos con una mezcla de asombro e incertidumbre.

-Pero… si haces eso…

-¡Cállate! ¡Tu voz me molesta! ¡Solo estas suponiendo que podría morir, no que necesariamente vaya a hacerlo! – Hace una mueca y observa fijamente la pantalla – “escritor alemán reconocido por sus grandes obras, entre ella una de las más reconocidas El Fausto”. Raro, ese nombre me suena de algo.

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