capítulo 13: Jaque Mate

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La joven se mantiene inmóvil observando el impacto de la bala que estaba a escasos centímetros frente a ella, un poco más y hubiese sido algo mortal. Traga saliva para armarse de valor y mira al extraño que sostenía el arma y que  lucia totalmente despreocupado.

-No hagas movimientos muy brusco – le murmura botando humo de cigarrillo por su boca – eso me molesta.

Charlotte guarda silencio y lentamente logra sentarse sobre sus talones. Manteniendo la mirada fija en aquel sujeto.

-¿Quién eres tú? – pregunta con cautela.

El extraño se termina el cigarrillo y de inmediato saca otro.

-Cierto, eso de las presentaciones no me vienen – se rasca la nuca – pero supongo que debo hacerlo, soy Max, el maestro de este piso, bienvenida…  supongo.

Había sido una presentación un tanto extraña, pero la rubia no dijo nada al respecto, solo se mantuvo en silencio analizando la situación. Sus piernas se sentían adormecidas, no sería capaz de ponerse de pie por un tiempo, aunque eso tampoco habría sido una opción, ya que Max a pesar de su apariencia tenía muy buena puntería y no dudaría en dispararle si así le daba la gana. La habitación solo parecía tener una puerta que se encontraba a unos cuantos metros del sofá donde estaba Max, incluso si llegara a ella nada afirmaba que ésta estuviese abierta. La única opción que tenía Charlotte era escuchar lo que sea que aquel chico tuviese para decirle, después de todo, algo debía de querer, de otra forma ya la hubiese matado.

-¿Dónde está Elías?

-Es curioso que sea eso lo que te preocupe en este momento – murmura probando el cigarrillo – la verdad no tengo ni la más mínima idea de donde pueda estar, no lo estoy vigilando a cada segundo. Pero si tengo algo de suerte estará muerto – hace una pausa – pero lo dudo mucho.

La joven apuña las manos sobre sus rodillas.

-¿Por qué no me has matado aún?

-No tiene gracias matar a alguien inconsciente, eso es aburrido hasta para mí.

Aquellas palabras resonaron en lo más profundo de la mente de Charlotte, ya que eso era algo muy parecido a lo que Elías había comentado alguna vez “alguien con una expresión tan vacía, no tiene gracia”. Era una muy extraña similitud proveniente de dos personas que no se parecían nada, ni en el físico ni en la personalidad. Tal vez, si era lo suficientemente astuta podría encontrar la forma de salir de aquella habitación y encontrar a su compañero.

-Ya veo – murmura inexpresiva - ¿entonces qué es lo que quieres?

-¿Qué es lo quiero? – Repite mirando el arma – quiero ver como todas las personas de este edificio arden, pero eso sería romper las reglas y no quiero tener que pasar por toda esa tontería de ustedes, es demasiado trabajo – de la nada apunta directamente a Charlotte con la pistola – mantenerte con vida, ahora mismo me está resultando un gran trabajo, es realmente difícil el no querer matarte, yo diría que eres a lo que llamamos una víctima perfecta.

Un escalofrío recorre la espalda de la joven al momento de verse amenazada de muerte, y sin entender a que se refería con aquellas palabras.

-No comprendo a que te refieres.

-Obvio que no, no eres una asesina, pero me sorprende como es que ese cavernícola no te haya matado aun – baja el arma – de seguro debe de ser algo difícil de controlar, aunque su necesidad de salir de aquí debe de superarlo.

-Aun no has dicho que es lo que quieres.

-Cierto – ladea la cabeza a un lado, curioso y pensativo – quiero… jugar ajedrez.

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