«LAS NIÑAS PEQUEÑAS SOMOS PELIGROSAS, BELLAMY BLAKE, NOS VESTIMOS DE PIEL DE OVEJA»
Despues de tres años de vivir encerrada en la carcel del Arca, Lyanna Valjean es liberada junto con 99 criminales, enviados a la Tierra para averiguar si el planet...
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—Se parece mucho a Talissa— dijo una voz que Lyanna no pudo reconocer.
—Creo que se rompio la muñeca y mas, y si, tienes razon ¿que crees que ella pensara sobre esta chica?
—Es hermosa, justo como ella....
Lyanna sintió como si la estuvieran cargando, sus piernas colgando y su cabeza descansando en el pecho de alguien, por un momento Lyanna pensó que era Finn quiene era el que la estaba cargando, y se sintió segura hasta que ella proceso lentamente que esa voz no pertenecia a Finn, de hecho, no pertenecía a cualquier chico del campamento. Ademas de sentirse insegura, Lyanna no podia sentir nada mas que dolor, no podia sentir su cuerpo, solo dolor y que su cabeza estaba a punto de explotar. Si la personas que la estaba cargando no era alguien de los criminales eso solo dejaba una opción; un terrestre. O la iban a matar, o la iban a poner como cebo como una advertencia y como lo habian hecho con Jasper. Estaba demasiado cansada para solo pensar cuando alguien inmediatamente vino a su cabeza, y abrio los ojos con un gemido. Octavia Lo primero que vio fue a un chico, se veia mas mayor que ella, tal vez 25 años, Tenia cabello rojo, y un poco anaranjado y completamente desordenado, sus ojos eran castaños oscuros y la mitad de su cara estaba pintada con pintura negra, se parecia a uno de los guerreros que Lyanna habia visto en los libros de su padre, él vio a Lyanna con indiferencia pero puso una mano en su cara, examinándola, Lyanna lo vio, por solo un par de segundos antes de murmurar; —Octavia y desmayarse
💖
— ¡¿Hola?! ¿Hay alguien aqui?
— ¿Tavia?— Lyanna gruñó, su muñeca le ardía, al igual que sus piernas, pero se sentia un poco mejor que cuando el terrestre la estaba cargando, todavia le dolía, pero el dolor no era agudo y grave como antes, era un poco menos y además su muñeca y su tobillo estaban vendados, el terrestre la habia sanado.
—¿Lya? ¿Estas bien?— Octavia preguntó aliviada pero preocupada al ver a su amiga también, encadenada al suelo.
—Uh...si, si, ¿que hay de ti?— Lyanna preguntó.
Octavia gruñó, tomando su pierna herida, pero cuando vio la herida, se dio la vuelta para ver a Lyanna, incrédula y un poco confundida.
—Él la arreglo—ella dijo, sin poder creerlo.
—Él me sanó también ¿lo viste?—Lyanna preguntó, recordando al hombre que la cargaba—. Era pelirrojo y con los ojos castaños, me veía como si me conociera...y luego dijo algo sobre Talissa.
—Espera ¿dijiste pelirrojo? Entonces no era solo él, eran dos—dijo Octavia con dificultad tratando de pararse en el suelo, y tomando lo que parecía un gran hueso afilado—. Tenemos que salir de aquí.
