Enamorarse no es de valientes como dicen, sino de distraídos, de despistados. Porque bajaste la guardia y sin notarlo alguien vino a colarse dentro tuyo y entró a lo más profundo de ti.
Charlotte ha vivido todo lo que recuerda de su existencia con s...
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Ahí perdida, reaccione. Él me estaba mirando.
Tome asiento en una de las bancas intentando camuflarme entre la gente para que aquellos tipos no me encontraran. Y empezó la pelea sin más dentro de aquella jaula. El tipo gigante parecía causarle gracia el tal Adonis, porque a pesar de tener mucha musculatura, no era nada comparado con ese mounstro.
Y lo que vi fue impresionante, frente a mis ojos vi como ágilmente Adonis esquivaba los golpes del gradulon, y sin mas cuando este se despisto, le planto un golpe que echo al grandulón al suelo. Todos gritaban, yo incluso quería gritar.
Por alguna razón, sentía que todo pasaba a ser de colores en mi vida, me sentía euforica. Vi como finalmente Adonis venció al grandulón y el tipo de traje lo llamo ganador.
Adonis estaba saliendo de la jaula cuando empezó a buscar algo con la mirada y volvió a conectar con la mía. Y no era como esa mirada sexy que me dió Kyle cuando lo vi por primera vez. Era una mirada que demandaba mi cercania, como un iman.
Pero todo termino tan rápido como empezó, fui tomada del pelo y sacada a rastras de aquel lugar. No podía dejar de gritar, los escalones me golpeaban la espalda mientras ese tipo me jalaba. Y de nuevo, me sentí perdida.
No deje de moverme y patalear. Cuando me sacaron del local me echaron al suelo haciendo que mi cabeza golpeará contra el cemento. Todo empezó a dar vueltas y solo escuchaba risas distorcionadas, sentía como mi cuerpo era pateado y sentí como era arrastrada.
Y en un punto, todo paro. No escuche nada, y todo se volvió negro.
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Desperté de golpe, sentí sangre bajar por mi nariz y un gran ardor en mi mejilla. Miré a mi alrededor y claramente esta no era mi casa, para nada.
Limpie el liquido de mi nariz y trate de levantarme pero tenía todo el cuerpo entumecido.
—No es recomendable que te levantes sin ayuda —escuche su voz ronca y lo miré.
—¿Qué hago aquí y quién eres tú? —dije temerosa y tome las sabanas intentando cubrirme, ahí note todo. Mi jean oscuro estaba rasgado y mi camisa con el logo de Artic Monkeys estaba cubierta de sangre y tierra.
