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Estábamos sentados en el suelo de la sala, hablando de miles de temas diferentes, era una noche de viernes, y ninguno de los dos quería moverse de donde estaba.

—Estoy cansado, creo que debería irme.— Kellin se recosto sobre en suelo y se tapó la cara.

—No es muy tarde.—Sé que era mentira, eran alrededor de las 3 a.m. luego de una semana completa de trabajo, con este invierno eterno, lo único que podías querer era dormir, y era más que entendible, pero no queria que Kellin se fuese, simplemente no hoy.

—Vic, se hará más tarde y luego no querrás llevarme.—Se rió y se levanto con cuidado del suelo.

—No quiero hacerlo.

—¿De que hablas?

—No quiero llevarte.— Esperaba a que entienda, y ahorrarme el tener que decírselo a la cara, pues no era algo que quisiese hacer.

—Oh.—Su rostro se enrojeció y una leve tristeza se hizo presente en el aire.—Perdón, si quieres llamare a un taxi.—No lo entendió.

—No es por eso, solo, no quiero que te vayas hoy.—Me miró, y enrojeció más si es que era posible, junto a una sonrisa.

—Pero tengo que.

—¿Quien te obliga?

—Nadie.

—¿Entonces?

—¿En serio quieres que me quede?—Se veía que estaba aguantando una sonrisa, seguro le parecía patético.

Me sentí tan avergonzado.

—Tienes razón, mejor te llevare, esto es ridículo.—Me levante del suelo, tomando rápidamente las llaves del auto y dirigiéndome hacia la puerta, pasando junto a él.

Pero una suave y fria mano tomó mi brazo, haciendo que lo mire.

—Si quiero quedarme.

Ambos sonreímos, y a pesar del frío de su mano y el ambiente, sentí como todo mi interior se calentaba.

›'‹

-¿No quieres ir a dormir? Ya es tarde.- Eran las seis de la mañana y Kellin se estaba quedando dormido sentado.

-No, estoy bien.

-Kells, ya, mejor ve a la cama, ¿si?- Solté una risita y él un quejido.

-¿Donde dormiras tú?

-Aquí, en el sofa.

-¿Estas seguro? no quiero molestar.

-Es bastante cómodo aunque no lo parezca, creeme.

-¿Y si vienes conmigo? Así hablamos hasta dormirnos.- Se ruborizó un poco y me miro con los ojos semi abiertos.

-¿Acaso eso es una excusa barata para dormir conmigo joven Quinn?- Ambos soltamos una risa.

-Ya bobo, ven.

Ambos fuimos a mi habitación y nos sentamos cada uno en un lado de la cama, dándonos la espalada.

-Em, ¿Puedes prestarme algo para dormir? la verdad estos pantalones son muy incómodos.

Cuando gire a verlo, todavía me daba la espalda, pero estaba rojo hasta las orejas.

-Claro, dame un segundo.-Tome una camiseta y un pantalón corto de mi cajonera y se lo di.

-Gracias, iré al baño y vuelvo.

En cuanto se fue, aproveche y también me puse un pantalón corto y una camiseta cualquiera que encontre por ahí. Al terminar me senté en el borde de la cama y al instante entró Kells.
La ropa le quedaba súper ancha, y tenia la punta de la nariz roja. Mataría por poder encuadrar esta imagen y colgarla en mi sala.

-Que ternura.

-Callate.

-Acuestate de una vez.-Me acosté mirando hacia su lado, y él hizo lo mismo.

Ambos nos quedamos hablando un largo rato, hasta que ninguno noto que se durmió.

-Pss, Vic.-Sentí una mano en mi espalda.

-¿Que hora es?- Hable sin abrir los ojos.

-No ha pasado mucho, pero no paras de moverte, ¿estas incomodo?

-Oh, lo que pasa es que nunca duermo con camiseta, pero no pasa nada, ya me quedo quieto.

Hubo un corto silencio.

-Quitatela.

-¿Que?-Por fin abrí los ojos.

-No me molesta, aparte prefiero eso a no dormir.- Soltó una leve risa.

Me senté en la cama y la habitación estaba iluminada solo por los pequeños rayos de luz que entraban por la ventana, probablemente, de los postes en la calle.
Pude ver a Kellin un poco despeinado, con los ojos entre abiertos.

-¿Miraras el espectáculo?

-Eres un idiota.-Luego de reime el se dio la vuelta, dandome la espalda.

Me saque la camiseta y se la tire encima, llegue a escuchar un "idiota" de su parte y me acoste de inmediato.

Me dormí casi al instante.

Dirty Laundry || Kellic QuentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora