Dirty Laundry || Kellic Quentes

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Bajé sin hacer mucho ruido, temeroso de que Coco siguiese dormida, pero apenas acabé de bajar la escalera pude escuchar risas desde la cocina.

Entré con cuidado, procurando que Kellin no se volteará ni que Copeland se moviese en su sillita, y en cuanto logré llegar a Coco, tapé sus ojos.

-¿Quien soy?-Mi voz hizo voltear rápidamente a Kellin y reír a la pequeña.

-¡Vic, Vic!

-¿Como es que siempre adivinas?- Luego de eso la cargue hasta llegar a Kellin a quien le dejé un suave beso en los labios.

-Siempre haces lo mismo.- La pequeña apoyó su cabecita en mi hombro, haciéndome reír, y es que tenia razón, hace una semana que me estaba quedando en la casa de Kellin, y siempre le hacía lo mismo.

-Tienes razón, pero logró seguir asustando a tu papi.-Kellin se volteó sacandome la lengua y siguió preparando lo que parecían ser sus maravillosos hotcakes.

-Es que papi es un miedoso.-Apenas la niña dijo eso solté una gran carcajada, logrando que Kellin me mirase mal.

-No es mi culpa que Vic sea tan feo.-La niña levanto la cabeza y miró a su papá confundida.

-¿Y si dices que es feo porque son novios?

-La niña tiene razón Kells.

-Es que lo amo mucho cariño, aunque sea feo.

-Vic no es feo.-La niña me miro a la cara y me sonrió, por lo que le conteste igual.-Su cabello es lindo.

-Y tu eres hermosa.-Comencé a llenarla de besos en lo que la casa se llenaba de risas.

Amaba esto.