›F i n a l‹

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9 meses después.

-¡Al fin!- Vic dejo la ultima caja dentro de la casa de Kellin y se arrojó al suelo para descansar, cerrando los ojos y respirando en paz luego de una completa tarde de trabajo.

-Vic levantate de ahí que te vas a resfriar.- Kellin pateó una de sus piernas pero este ni se inmutó, a lo que vio a su pequeña sonreirle, al instante entendió lo que su hija planeaba hacer, así que soltó su mano y la vio correr hacia su novio, el cual solto todo el aire que habia en su interior apenas la niña callo sobre su abdomen.

-¡Coco! Casi me matas.- Victor se levantó de inmediato cargando a la niña hasta el sofá, para sentarla ahí.-¿Que te parece parar a comer algo?-Kellin rió al escuchar a su pareja decir eso.

-Queda mucho trabajo por hacer, luego de terminar aunque sea con la mitad de las cajas cocinare algo.

-Pero Kells.

-No voy a discutir Vicky, ahora ¡A desempacar!

Si, efectivamente luego de casi diez meses de prácticamente vivir juntos decidieron eliminar ese "prácticamente" para convertirlo en un hecho.

Victor Fuentes y Kellin Quinn vivirian juntos de ahora en adelante.

Su relación iba de maravilla, y la persona más feliz ahí era nada más ni nada menos que la niña que se encontraba en el sillon mirando a su papi y casi-papi, como a veces lo llamaba la pequeña.

Tal vez iban muy rápido, no lo negarían, ¿pero que en su relacion fue lento? nada, ni siquiera su primera vez juntos.

«La cama iba de atras hacia adelante, provocando el insistente ruido que Kellin tanto extrañaba escuchar, mierda, ¿hace cuanto no lo hacian jadear y gritar como lo estaba haciendo el castaño en ese preciso momento? el no recordaba haberlo hecho antes de esa manera tan sucia.

Victor miraba la espalda de su novio frente a él mientras movía sus caderas sin una pizca de compasión. Kellin se encontraba con el pecho pegado al colchón y el trasero bien elevado, espujandose de vez en cuando contra su novio para conservar la menor distancia que puediesen durante el mayor tiempo posible.

El moreno apretaba las caderas de Kellin tan fuerte que era muy probable que las marcas de sus dedos permaneciesen ahí algunas semanas.

-Vic, ya no aguantaré mucho más.- La respiración de Kellin era casi imposible de apaciguar. Estaba acariciando las puertas del mejor orgasmo de su vida y luchaba por resistir todo lo que su cuerpo le permitiese para que, en cuanto ya no aguantase, su placer fuese mayor.

Vic abusaba de la prostata del menor todo lo que podía, esa noche, luego de muchos intentos, por fin habian logrado tener privacidad suficiente como para intimar de una vez por todas. Vic mentiria si dijese que no tenia como meta personal hacerle pasar al más joven la mejor noche de su vida.

Y en cuanto escucho el desgarrado grito del menor, junto a la placentera sensación de su pene siendo estrangulado por las paredes del azabache obligandolo a llenarlo de su esencia, supo con seguridad que habia cumplido su cometido.»

-¿Puedo ayudar?- Coco miro a Vic haciendo un muy tierno puchero, no podia decirle que no de ninguna manera.

-Desempaca esa caja cariño.-La niña estiró los brazos para que Vic la llevase hasta la caja. Este la tomo primero llenándola de besos y después la llevo hacia la caja en la que sabía, solo habían libros.

-Ya te dije que no la cargues tanto, la mimas demaciado.- Kellin volvió a acomodarse el cabello y comenzo a leer lo que había escrito en cada caja, para saber donde irian a parar las cosas dentro de ellas.

Dirty Laundry || Kellic QuentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora